RCh recuerda el 40 aniversario de la invasión soviética
La República Checa recuerda este jueves el 40 aniversario de la invasión a Checoslovaquia de las tropas del Pacto de Varsovia. La ocupación del país significó el fin del proceso democratizador conocido como la Primavera de Praga. Más con Ivana Vonderková.
Al recordar los tristemente célebres sucesos de agosto de 1968, el primer ministro checo, Mirek Topolánek, destacó la importancia de sus enseñanzas.
“Pertenezco a la generación que a los 12 años de edad fue obligada a orientarse rápidamente en la situación política surgida y a la que los sucesos de agosto del 68 le han influido mucho, ya sea positiva o negativamente. Lo que aprendí de aquellos acontecimientos es que el comunismo es irreformable. Creo que esa fue la mayor enseñanza del 21 de agosto de 1968”, dijo Topolánek.La invasión de las tropas del Pacto de Varsovia a Checoslovaquia se produjo sin el consentimiento de los órganos oficiales del país. Para prevenir víctimas humanas, el Gobierno checo dio la orden a las Fuerzas Armadas de no intervenir contra el agresor. No obstante, los ciudadanos salieron a las calles para expresar su rechazo a la invasión. Los ocupantes utilizaron armas de fuego contra la población indefensa. Fuertes enfrentamientos tuvieron lugar junto al edificio de la Radiodifusión Checa en Praga.
El historiador Daniel Povolný considera que la resistencia pasiva de los checos fue una buena táctica en aquellos momentos.
“El que el pueblo haya mantenido una relativa calma y haya recurrido a la resistencia pasiva fue mucho más eficiente que defenderse con armas de fuego”, dijo Povolný.No obstante, según datos recientes publicados por los historiadores, la invasión de las tropas del Tratado de Varsovia a Checoslovaquia arrojó 108 víctimas fatales, alrededor de 500 personas fueron heridas de gravedad y otros centenares sufrieron lesiones leves.
La invasión del 21 de agosto de 1968 frustró los anhelos de los checos de continuar el proceso democratizador conocido en el país como Primavera de Praga, pero no logró impedir que los ciudadanos recurrieran a las más diversas formas de cómo manifestar su repudio a los ocupantes. Por ejemplo a través de caricaturas, poemas, obras teatrales o canciones que exhortaban a los soldados rusos a irse a casa.