Checos rememoraron el fin de la Primavera de Praga hace 40 años
El primer ministro checo, Mirek Topolánek y su homólogo eslovaco, Robert Fico, destacaron el jueves en Praga que la invasión a Checoslovaquia de las Tropas del Pacto de Varsovia hace 40 años, fue uno de los más tristes capítulos en la historia común de ambas naciones. Varias actividades fueron realizadas también en otros lugares del país.
El jefe del Gobierno checo condecoró a un grupo de disidentes extranjeros con medallas al mérito por el restablecimiento de la democracia y les agradeció por haberse manifestado en el año 1968 a favor de la libertad de la Checoslovaquia ocupada.
“Quiero expresar mi profundo reconocimiento a todos ustedes que en aquellos momentos actuaron como ciudadanos libres, aunque vivían en países donde no había libertad”, destacó Topolánek.Junto al Museo Nacional fue instalado un histórico tanque soviético T 54 que lleva el número 212 y que en agosto de 1968 operó en las inmediaciones de la Radiodifusión Checoslovaca y del museo, según recordó Aleš Knížek, director del Instituto de Historia Militar.
“Estos dos edificios fueron los primeros blancos de los tanques soviéticos y constituyen un símbolo de la resistencia del pueblo checoslovaco”, afirmó Knížek.
En un acto efectuado en el Castillo de Praga, el presidente de la República, Václav Klaus, rindió homenaje a los checos caídos durante la ocupación y recalcó que la responsabilidad por la invasión no recae en el pueblo ruso, sino en el comunismo expansivo.“Muchos checos consideran al pueblo ruso como el culpable principal de lo ocurrido hace 40 años. Eso es injusto desde el punto de vista histórico y, lamentablemente, sigue afectando hasta hoy las relaciones entre nuestros dos países. Insisto en que la soberanía de Checoslovaquia no fue pisoteada por un pueblo, sino por el comunismo expansivo”, recalcó Klaus.
Actos recordatorios con motivo del 40 aniversario de la ocupación soviética se efectuaron también en otras ciudades como Chomutov, Liberec y České Budějovice. En Olomouc, al este del país, los ciudadanos recordaron los tristes sucesos de hace 40 años mediante una exposición de flores. La actividad fue acompañada de un concierto, en el que actuó Vladimír Mišík y otros cantantes checos que después de la invasión soviética fueron obligados a abandonar por largos años su carrera profesional, por haberse opuesto públicamente a la ocupación.