“La mujer checa es muy independiente”
Las relaciones sentimentales entre hispanohablantes y checas están, básicamente, condenadas al fracaso. Eso es lo que piensa Reynier, un cubano radicado en Praga hace alrededor de ocho meses. Aunque ya tiene novia checa, este terapeuta cree que la convivencia es muy difícil, por no decir imposible, debido a las idiosincrasias respectivas, tan opuestas.
“En mi relación con Lucie yo quiero actuar como latino, como cubano que tiene que tener la solución a todos los problemas, hombre cubano que tiene que llevar la voz cantante económicamente, hombre cubano que protege a la mujer. Y me encuentro que Lucie piensa y actúa como hombre cubano. Pienso que la mujer checa es muy independiente y se puede llevar una buena relación aunque la mayoría de las relaciones que he visto entre latinos y checas, fracasan”.
Le preguntamos a Reynier si cree que el problema es ese, que las checas sean tan independientes. Esta es su respuesta.
“No, no me molesta, al contrario. Lo que a veces un poco me molesta es que sean poco comunicativas en el sentido que, bueno también es que la cubana es un antro de comunicación. Pero sí, son comunicativas a su forma”.
Para recalcar el abismo que separa la idiosincrasia checa de la cubana, da un ejemplo.
“Lo que sí, necesitan de su espacio y a veces eso me choca, ¿no? Porque, por ejemplo, Lucie me dice: ‘Está bien, mira, hoy no te puedo ver porque necesito hacer tal cosa o cual cosa. Y ya uno está: ‘No me quiere ver, es que ya no le gusto, o quiere terminar conmigo, qué le pasa’. Aquí es normal, incluso las mismas parejas planifican verse. En Cuba no funciona así y es algo a lo que uno se tiene que acostumbrar”.
Y en eso está Reynier, acostumbrándose. Aunque le cueste aceptar muchas cosas y aunque, en el fondo, crea que este tipo de relaciones interculturales están condenadas al fracaso.