Los mejores knedlík de Chequia, a concurso
Uno de los mayores tesoros de la gastronomía checa es sin duda el knedlík en sus múltiples variedades. La más conocida de todas ellas, la de pan, es la protagonista de uno de los principales concursos culinarios organizado por la Asociación de Cocineros y Reposteros de la República Checa, que este lunes celebró su tercera edición.
Para reivindicar la importancia vertebral del knedlík en la cocina checa, y para contribuir al aumento de su calidad, 20 cocineros de todos los rincones de Chequia se dieron cita este lunes en el hotel InterContinental de Praga para competir en la elaboración de los knedlík de pan más esponjosos y delicados.
En opinión de uno de los miembros del jurado, el senador Jiří Dienstbier, la elaboración de esta perla de la cocina checa está en decadencia y es necesario revitalizarla.
“Hoy mucha gente ya no sabe ni lo que es, porque en el restaurante le dan algún tipo de mejunje de fabricación industrial. Hay algunos buenos establecimientos, pero la mayoría son malos. Cuando me voy a tomar knedlík me los pido de Karlovy Vary, porque al menos tienen pan. Una vez un cocinero joven me preguntó que por qué se les llama knedlík de pan, y yo le respondí que porque llevan pan, y la harina es solo para que la miga de pan permanezca unida”.El ganador fue Tomáš Vaníček, que consiguió reunir en sus knedlík las todavía difusas cualidades que establecen la calidad del producto. Y es que aunque los gastrónomos coinciden en afirmar que un buen knedlík de pan tiene que destacar en consistencia, aroma y sabor, cada especialista tiene todavía sus propias opiniones.
Otro de los miembros del jurado, la actriz Iva Janžurová, describió así para Finanční Noviny las propiedades del perfecto knedlík.“En el sabor intervienen en mi opinión factores como las propiedades de la masa, para que los knedlík no estén pegajosos ni demasiado rígidos, o para que por el contrario no estén demasiado esponjosos por tener más levadura de la necesaria”.
Además, los chefs debían crear paralelamente el complemento insustituible del knedlík, una buena salsa de tomate, la llamada en checo rajská omáčka, que se presta a todo tipo de variaciones según la combinación de especias e ingredientes. El éxito del concurso ha sido tal que la organización se plantea para el próximo año introducir una eliminatoria regional, de manera que solo los mejores en su zona lleguen a la final.