También las galletas navideñas que se compran están ricas

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Hay pocos hogares checos que no estén perfumados estos días por el olor agradable de galletas navideñas. La pastelería tradicional pertenece a la Navidad checa igual que el arbolito y la carpa. La tendencia de los últimos años muestra que cada vez más amas de casa prefieren comprar las galletas ya hechas en vez de pasar el tiempo prenavideño junto al horno.

Patitas de almendras, galletas Linzer pegadas con mermelada, galletas de jengibre y de coco, bolitas con nueces y canela, trenzas navideñas con pasas. La oferta de Navidad de la panadería Štefanovo de Luková, en Bohemia Oriental, es y está realmente rica. Sus medias lunas de vainilla incluso han sido premiadas en un concurso de la Región de Pardubice como el ‘Manjar del año 2009’.

El director de esa panadería, Zdeněk Štefan, destaca que todas las galletas navideñas a la venta están modeladas y decoradas a mano.

“Las preparamos según recetas tradicionales en nuestra familia, usando un libro de cocina de mi abuela. Fui yo quien empezó hace unos nueve años con la producción de galletas de Navidad en nuestra empresa. Cada año se venden más”. Los checos son exigentes y les apetece degustar, así que en la panadería de Luková empiezan a calentar los hornos navideños bastante temprano, agrega Zdeněk Štefan.

Šárka Rejmanová
“Ya en octubre ofrecemos medias lunas de vainilla y galletas de coco. A finales de noviembre y principios diciembre ponemos a la venta cajas en embalaje festivo con mayor variedad de galletas. Según las necesidades, complementamos la oferta. Los clientes pueden hacer encargos hasta finales de las fiestas navideñas para tener las galletas frescas”.

En un embalaje navideño con la figura de San Nicolás se venden estos días también los tradicionales rollitos de Hořice, según explica Šárka Rejmanová, directora de la empresa První hořická.

“Los supermercados están repletos de los Santa Claus que no tienen nada que ver con las tierras checas. Yo quería mantener nuestra receta original y a la vez acercar a los niños a través de los dulces la historia de nuestro país y nuestras tradiciones”.

El origen de la receta de rollitos de Hořice se remonta a las guerras napoleónicas. En 1812 Napoleón fue derrotado en Rusia. De vuelta a Francia, su Ejército decaído atravesó Hořice. Los habitantes locales cuidaron de los soldados enfermos curando sus heridas. La señora Líčková se encargó del cocinero del emperador y éste le reveló la receta para preparar los rollitos como agradecimiento.

La receta se hereda de una generación a la otra. En 2007 los rollitos de Hořice recibieron la marca de protección de la Unión Europea y este año han sido galardonados con el premio anual del movimiento Slow Food (Comida Lenta) que promueve la gastronomía regional.