La República Checa volvió a abrir su espacio aéreo el lunes a mediodía
La República Checa abrió el lunes a las 12.00 horas su espacio aéreo, incluido el aeropuerto Ruzyně, de Praga, que permanecía cerrado desde el pasado viernes por la nube de ceniza procedente del volcán de Islandia. Las compañías aéreas están calculando las pérdidas.
Durante este tiempo fueron cancelados en Ruzyně más de 1.200 vuelos, lo que supone pérdidas millonarias para el aeropuerto y las compañías aéreas. El Gobierno checo está preparado para indemnizar parcialmente las empresas damnificadas, según afirmó el ministro de Transportes, Gustav Slamečka.
“Actualmente, las compañías aéreas están calculando las pérdidas. Una vez que se conozcan las cifras exactas, el Gobierno decidirá sobre la ayuda a los sujetos afectados. En caso de accidentes ocasionados por fuerza mayor, como es éste, el Estado debe estar preparado para ayudar”, sostuvo Slamečka.La apertura progresiva del espacio aéreo europeo y la ayuda a las compañías afectadas fue el principal tema de una videoconferencia mantenida este lunes por los ministros de Transportes de la UE.
En ella se acordó que durante este martes y miércoles se restablecía el 60 por ciento de los vuelos. El jueves, la situación podría volver completamente a la normalidad si no hay una nueva nube volcánica.
Además, fue decidido dividir el espacio aéreo europeo en tres zonas, según su peligrosidad. En la primera zona, con mayor densidad de las partículas de cenizas volcánicas, seguirá estando prohibido volar. En la segunda, menos contaminada, corresponderá a los Estados miembros determinar si autorizan o no el vuelo. La tercera, libre de contaminación, permanecerá sin ninguna restricción.
Los ministros también invitaron a los Estados miembros a prestar ayuda a las aerolíneas afectadas, siempre y cuando cumplan con los criterios establecidos, según recalcó la portavoz del comisario europeo de Competencia, Amelia Torres.
“En los tratados europeos hay normas que permiten a los Estados miembros ayudar a paliar los daños efectuados por acciones inesperadas de la naturaleza. La ayuda concedida a las compañías aéreas debe corresponder a las pérdidas sufridas. Además, hay que respetar las reglas de la competición económica y no discriminar a nadie”, destacó Torres.
Mientras que las autoridades europeas buscan solución al colapso del transporte aéreo, otra nube de ceniza se aproxima a las islas británicas y podría complicar de nuevo la situación.