Concluido el primer semestre de 2010, España ha cedido el testigo de la presidencia rotatoria de la Unión Europea. El primer viceministro checo para Asuntos Europeos, Michal Sedláček, valora para Radio Praga las luces y también alguna de las sombras de la gestión española desde el prisma checo.
Miguel Ángel Moratinos, foto: Mikhail Evstafiev, Wikipedia
El 30 de junio concluyó la cuarta presidencia de turno de España en la Unión Europea, la primera tras la aprobación del Tratado de Lisboa el pasado invierno. El miércoles en Madrid, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, destacaba en su balance que con España se habían puesto las bases para la unidad económica europea, en referencia a la creación de un gobierno económico que mejorará la coordinación entre países en caso de crisis.
Coincidiendo con esta opinión, el primer viceministro de Asuntos Europeos de la República Checa, Michal Sedláček, considera exitosos los seis meses de mandato español.
Michal Sedláček, foto: www.vlada.cz
“Todo lo relacionado con la introducción del Tratado de Lisboa, el nuevo reparto de papeles y responsabilidades con los nuevos cargos de presidente y Alto Responsable de Asuntos Exteriores, ha complicado mucho la presidencia. Pero creo que España ha hecho muy bien frente a la situación, como también con todo lo relacionado con la crisis económica y financiera. Ha sido capaz de mantener la unidad en Europa y tratar toda una serie de problemas fundamentales no solo con retórica”, asegura el viceministro.
Pero también ha habido momentos de desencuentro, que sin embargo, continúa Sedláček, no han desvirtuado la gestión española.
Foto: Comisión Europea
“Puede que no todo nos haya gustado. Por ejemplo, con como se cerró el debate sobre la Iniciativa Europea Ciudadana. Tanto a nosotros como a los otros miembros, nos sorprendió la decisión española. Pero la presidencia, para hacerlo como quería la Comisión Europea, que le estaba sometiendo a una gran presión, lo aprobó. Por supuesto no es el fin del mundo, todo sigue adelante, pero la República Checa, por ejemplo, en esta cuestión, tuvo que votar en contra”.
A partir de este 1 de julio, la presidencia europea queda en manos de Bélgica. El segundo país del conocido como ‘trío presidencial’, que abarca la gestión sucesiva de España, Bélgica y Hungría, llega con un Gobierno inestable e interino, una situación ya conocida en Bruselas, que evoca a la vivida durante la presidencia checa en 2009.
