Padres checos se oponen a nuevo manual de educación sexual
El nuevo manual de educación sexual utilizado en las escuelas checas les parece demasiado liberal a algunos padres. Apelan al Ministerio de Educación para retirarlo de los colegios y hay quienes piden suspender la educación sexual, en general.
Dar clases de educación sexual en escuelas primarias no es un camino de rosas. El maestro debe superar el pudor de los alumnos, en una edad difícil, y muchas veces también el propio. Para facilitarles a los profesores la ingrata tarea, el Ministerio de Educación presentó a principios de abril un nuevo manual de educación sexual.
El libro ha despertado polémica entre los padres. Muchos lo critican, considerándolo demasiado atrevido. En una petición dirigida al ministro Josef Dobeš argumentan que “el libro, por ser tan explícito, invita a los menores a iniciar la vida sexual a una edad muy temprana”.
La sexóloga Hana Fifková, una de las autoras del manual, rechaza semejantes especulaciones e insiste en la utilidad del libro.
“La educación sexual, si es bien llevada, tiene el efecto contrario. Es decir, los jóvenes que reciben una información objetiva y clara sobre el tema suelen posponer el inicio de su vida sexual”, destaca Fifková.La sexóloga advierte que la educación sexual además ayuda a prevenir los embarazos no deseados, el contagio de enfermedades de transmisión sexual y los casos de abuso sexual.
El Comité para la Defensa de los Derechos de los Padres no comparte tal opinión. Sus representantes se reunirán el próximo viernes con el ministro para solicitarle la suspensión del manual y proponerle la cancelación de la educación sexual en las escuelas checas. Josef Dobeš adelantó que va a defender el libro y la asignatura.“Estoy preparado para escuchar las objeciones y me esforzaré por encontrar una solución. Pero suspender el libro y la educación sexual, en general, no es ninguna solución”, subrayó el ministro.
El nuevo manual es criticado asimismo por la Conferencia Episcopal Checa. El ministro Dobeš deliberó con el arzobispo de Praga, Dominik Duka, sobre posibles modificaciones del contenido del libro. Ambos coincidieron, no obstante, en la necesidad de mantener la educación sexual en los colegios checos.