Lenka Filipová es una gran propagadora y amante de la guitarra clásica
Un sinnúmero de exitosos conciertos en Chequia y Eslovaquia ofreció en los últimos meses la cantante y guitarrista checa Lenka Filipová. Junto con ello alcanzó a editar una colección de tres discos con sus mayores éxitos de música clásica, acústica y de folk, y grabó de nuevo su álbum de música clásica ‘Concertino’, del año 1989, esta vez con nuevos arreglos de la mayoría de las composiciones.
Filipová es gran propagadora de la guitarra clásica y afirma que la música clásica interpretada en ella adquiere un sonido especial que no puede transmitir ninguna guitarra eléctrica. Filipová gusta tocar la música de Johann Sebastian Bach, Antonio Vivaldi y Francisco Tárrega entre otros, y dice que esta música es tan hermosa que cualquiera debe enamorarse de ella. Y si se enamora a la vez de la guitarra, tanto mejor, añade.
Lenka Filipová comenzó a tocar guitarra a muy temprana edad y más tarde la estudió en el Conservatorio de Praga. Junto con ello estudió canto y a los 16 años participó en una gira artística del Conjunto de Instrumentos Populares de la Radiodifusión de Brno por Estados Unidos y Canadá.
Durante los estudios en el Conservatorio, Lenka Filipová comenzó a cantar música popular en diversos clubes para ganarse algún dinero. Posteriormente actuó algún tiempo con el grupo Spirituál Kvintet, e integró el elenco del Teatro Semafor de Praga. Se presentaba asimismo en programas musicales en el club musical Alhambra, de Praga.
En 1976, Filipová realizó un curso de guitarra en la Academia Internacional de Música, en París. La estancia en París marcó el posterior camino profesional de Filipová. Seguía cantando música pop y en 1982 editó su primer disco con canciones de ese género titulado ‘Enamorada’ (‘Zamilovaná’), pero durante sus conciertos incluía cada vez con mayor frecuencia temas clásicos para guitarra.
La cantante ha grabado hasta el presente 16 álbumes, con música popular o composiciones clásicas para guitarra. Además de en checo y francés, Filipová canta a veces en inglés, ruso, e incluso en latín. Una buena acogida la han tenido también sus canciones dedicadas a los niños.
