Recortes, Havel en una cafetería y el auge del turismo industrial
El ministro de RR.EE., Karel Schwarzenberg promueve la política de recortes del Gobierno; exponen estatua del ex presidente Havel en una cafetería y el turismo industrial se pone de moda.
Resulta que todos los ministros deberán presentar la próxima semana un informe sobre los gastos de sus respectivas carteras. Los documentos serán entregados al Ministerio de Finanzas que hará la suma final para determinar si se cumple el déficit establecido.
En su sesión del 20 de julio, el Gobierno determinó un déficit presupuestario por más de 4.000 millones de euros. El ministro de Finanzas, Miroslav Kalousek, proponía un déficit menor, pero las duras medidas no fueron aprobadas por el Ejecutivo.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Karel Schwarzenberg, espera que triunfe el sentido común y que todos los ministros comprendan que es necesario aplicar toda una serie de recortes.“Tendremos que ahorrar a todos los niveles. En el mantenimiento de inmuebles, inversiones en general, gastos de representación y lamentablemente hay que reducir el personal”, indicó el ministro.
Miroslav Kalousek es de hecho el segundo del Partido TOP 09, pero es la primera vez que Schwarzenberg habla de la política de recortes del Gobierno, le hace promoción y hace un llamado al sentido común.
El ex presidente Václav Havel, antiguo disidente anticomunista y la cabeza visible de la Revolución de Terciopelo que tumbó a los comunistas de manera pacífica en 1989, sigue cautivando a los checos.
Una joven estudiante de arte, decidió esculpir una estatua del antiguo mandatario, en tamaño real, como su trabajo de tesis. La obra se expone desde esta semana en la cafetería Slavia de Praga, centro de reunión por excelencia de los intelectuales nacionales.
Havel dejó de ir a esa cafetería, pero aún así sigue estando presente. En el local fue instalada una estatua de Václav Havel, obra de Barbora Daušová, estudiante de escultura de la Universidad de Bohemia Occidental. Según explicó Daušová, se trata de su trabajo de graduación.
”Mi idea fue crear una estatua de tamaño real y la única persona que se me ocurrió fue Václav Havel, pues le tengo un gran aprecio. No como político, sino como escritor y ciudadano. Busqué inspiración en el documental ‘Ciudadano Havel’ y, además, comencé con este trabajo cuando se cumplía justamente el 20 aniversario de la Revolución de Terciopelo, de la que Havel fue protagonista”.La escultura de Havel lleva una vestimenta informal con una chaqueta sobre el hombro y en una de sus manos tiene los textos de una de sus obras. La estatua fue hecha de resina y pintada de color blanco lo que, según Barbora Daušová, evoca el trabajo literario de Havel.
”La política es algo que no me interesa mucho a pesar de que soy de la generación que creció con la Revolución de Terciopelo y para la cual el presidente Havel fue y sigue siendo un ejemplo. Pero a Havel también se le conoce y aprecia en Chequia y en el mundo como escritor, por lo que decidí plasmar ese aspecto, mostrarlo como a una persona sonriente, informal, con una chaqueta sobre su hombro”.Daušová nunca tuvo la oportunidad de encontrarse personalmente con Havel, pero obtuvo de él el permiso para realizar la obra. La escultura ganó el año pasado la medalla de oro en el festival Pilsner Fest, en Pilsen, en la que los ciudadanos envían sus votos por Internet.
El gusto de los turistas checos ha empezado a cambiar. Conocidos por su afición a los castillos, poco a poco han empezado a descubrir el fascinante mundo del turismo industrial.
Los turistas se han lanzado a la caza del patrimonio de la época industrial. Recorren boquiabiertos las instalaciones de antiguos molinos, purificadoras de agua y fábricas.
Los castillos han empezado a perder su brillo, al menos por el momento, y han tenido que despedirse de miles de personas seducidas por el esplendor de las máquinas, naves industriales y líneas de producción, según comenta Zdeňka Kalová del Instituto Nacional de Monumentos.
“Los turistas buscan cosas nuevas, distintas. A muchos les resulta más interesante una central nuclear que una visita guiada a un castillo”, indicó la portavoz.
El turismo industrial empezó en Europa en los años 40, entonces las empresas abrían sus puertas al público para mostrar los avances alcanzados en la producción de, por ejemplo, automóviles y cerveza.
En Chequia hay centenares de inmuebles industriales declarados Monumentos Nacionales, que son visitados por miles de personas al año, como es el caso de la empresa Mostecká Uhelná Společnost, dedicada a la extracción de carbón.Hace tres años la empresa abrió sus puertas a los turistas industriales. Este año la visitaron más de 1.500 personas, pero el interés es tres veces mayor, según informaron fuentes de la compañía que, a su vez, anunciaron medidas para satisfacer la demanda.
La fábrica de automóviles Skoda ha registrado un significativo aumento de turistas cautivados por la fabricación de vehículos en activo, al igual que la cervecería Pilsner Urquell en la ciudad de Pilsen.
El primer lugar del turismo industrial lo ocupan hasta ahora las centrales nucleares de Temelín y Dukovany, que reciben a más de 60.000 turistas al año.