‘La Epopeya Eslava’ regresa a Praga con toda su magia y esplendor

Foto: Štěpánka Budková

‘La Epopeya Eslava’, del pintor checo Alfons Mucha, ha vuelto a Praga. La exposición de la monumental serie de lienzos, que relatan la historia de las naciones eslavas, se abre al público este jueves en la Galería Nacional en la capital.

Después de 84 años de ausencia, ‘La Epopeya Eslava’, obra maestra del pintor modernista Alfons Mucha, compuesta de 20 lienzos gigantescos vuelve al Palacio Veletržní en Praga, donde había sido expuesta por primera vez en 1928. Milan Bufka, director de la Galería Nacional, habla de la importancia de la muestra para la ciudad.

“Organizar esta exposición en Praga es un gran honor. Con ella pagamos la deuda que tenemos hacia Alfons Mucha quien invirtió muchísimo trabajo en esta obra. El pintor dedicó los lienzos a Praga y con la exposición, la ciudad quiere rendirle un homenaje a Mucha y agradecerle su regalo”.

Alfons Mucha, conocido en el mundo entero como ilustrador de carteles Art Nouveau, que con su estilo marcó toda una época, empezó a dedicarse a temas en la última etapa de su vida para apoyar al pueblo checo en su lucha por la independencia. Las gigantescas pinturas que miden hasta seis por ocho metros, pintadas sobre la tela de velas de barco, relatan el desarrollo de los eslavos desde la antigüedad hasta la época moderna. Sin embargo, no se trata de escenas de la historia real, señala Lenka Bydžovská, comisaria de la exposición.

Alfons Mucha
“Mucha creó un mundo ficticio en el que los eventos históricos han sido modificados para servir su propósito de mostrar los eslavos como un pueblo pacífico, con una cultura y literatura muy desarrolladas, un pueblo que sirve de ejemplo a los demás”.

Según la comisaria, el pintor tardó casi 20 años en elaborar su obra monumental. Durante este tiempo el arte dio un gran paso adelante y ‘La Epopeya Eslava’ llena de misticismo y simbolismo, se tuvo que enfrentar a finales de los años 20 a duras críticas y burlas de la generación joven de pintores checos que se dedicaban en ese entonces a estilos como el expresionismo o el cubismo.

En 1928, Alfons Mucha dedicó los lienzos a la ciudad de Praga con la condición de que se construyera un pabellón especialmente diseñado para exponerlos. No obstante, el edificio nunca se realizó y las pinturas, después de haber sido escondidas durante la Segunda Guerra Mundial en dos sitios secretos y dañadas por la humedad, fueron trasladadas por los comunistas al castillo de Moravský Krumlov en Moravia del Sur, cerca del pueblo natal del artista.

A partir de los años 90, la capital hizo varios intentos de encontrar un espacio digno para exponer ‘La Epopeya Eslava’. Se llevó a cabo un concurso arquitectónico para construir un nuevo pabellón que acogería las pinturas, sin embargo, el edificio ganador nunca se construyó. ‘La Epopeya Eslava’ se trasladó a la capital el año pasado después de un litigio entre las autoridades de la ciudad de Praga y el nieto del autor, John Mucha, que exigía que se cumpliera la última voluntad de su abuelo sobre la construcción de un pabellón nuevo. Los 20 lienzos restaurados e iluminados se podrán ver en el Palacio Veletržní de Praga durante los próximos dos años.

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