Cine secreto, una nueva manera de disfrutar el séptimo arte
Ir a ver una película no quiere decir siempre ir al cine. En Praga, las películas se proyectan de vez en cuando en una vieja fábrica, en una estación de tren o en un hipódromo. Ofrecer una alternativa a la rutinaria ida a la sala oscura es la idea principal del proyecto cine secreto.
“Las primeras funciones secretas se hacían bajo la forma de una reunión de aficionados a películas de tipo ‘La Guerra de las Galaxias’. Ya en los años 90 la gente se disfrazaba y se reunía en la casa de algún amigo para ver todos juntos el filme en VHS. Sin embargo, en Praga nos inspiramos en el cine secreto de Londres. Decidimos darle un nombre distinto y tratamos de desarrollar la idea”.
A diferencia de Londres, los organizadores de Cinema Royal de Praga buscan primero un sitio con un ambiente especial y luego eligen la película que se podría proyectar ahí. Además, en los eventos de Cinema Royal praguense participa mucho menos gente que en el extranjero, afirma Jiří Šebesta.“Aquí en Praga hay espacios mucho más pequeños que en Londres. Nosotros no queremos repetir una proyección durante diez días como en Inglaterra, queremos proyectar una sola película en un solo día. Por lo general tenemos entre 300 y 500 asistentes. Es un evento un poco limitado, pero no es que sea restringida la entrada, no rechazamos a nadie”, señala.
Para asistir a los eventos de cinema secreto se necesita sobre todo una mente abierta y una gran afición por el séptimo arte ya que las películas no son siempre fáciles de digerir. Hasta la actualidad, los organizadores han ofrecido diez proyecciones de filmes tan variados como ‘Metrópolis’ de Fritz Lang, ‘Al Fuego, Bomberos’ (Hoří, má panenko) de Miloš Forman o la película ‘Rocky’ que fue acompañada por un verdadero torneo de boxeadores profesionales en un antiguo gimnasio de la capital.Los participantes tienen que estar preparados para tomar parte en la actividad ya que rebasa las fronteras de una simple función de cine, señala otro de los organizadores, Jiří Císler.
“Quiero insistir que no se trata solamente de proyecciones de películas. Llevamos a los participantes a un mundo diferente, les hacemos vivir algo que no han vivido antes. Trabajamos con una multitud de gente disfrazada en un espacio público. Utilizamos actores que entran en interacción con el público sin que sepa que se trata de actores. Hay mucha confusión hasta el momento en el que empieza la película”.La palabra confusión juega un papel muy importante en el cine secreto. Los asistentes no saben qué película van a ver ni dónde y además pierden rápidamente la noción de la realidad, explica Jiří Šebesta.
“Desde el principio, los participantes no saben qué es realidad y qué es un juego. Eso nos divierte mucho. Nuestros eventos absorben frecuentemente a personas que están en el lugar determinado por casualidad. Los que vinieron a ver una película se mezclan con los que caminan por la calle o están esperando un tren. Esa gente de repente no entiende qué es lo que está pasando”.Varios eventos de cine secreto han causado un caos tremendo en la capital checa. Una tarde en septiembre de 2010 apareció en una estación del metro capitalino un hombre raro que se puso a gritar en el megáfono que llegó el fin del mundo. Poco después empezaron a salir de un tren recién llegado personas disfrazadas de zombis seguidos por hombres armados. La confusión entre los pasajeros corrientes, los actores y los participantes del evento fue enorme. En un piso vacío de un centro comercial cerca de la estación se proyectó aquella noche la película ‘Amanecer de los Muertos’ (Dawn of the Dead).
A pesar de que las únicas claves para adivinar qué película se va a ver es la vestimenta y el ambiente del evento, descritos en los e-mails que reciben los participantes registrados, muchos la descubren con anticipación, señala Jiří Šebesta.“Un 30 ó 40% de los participantes siempre saben qué película van a ver. Es gente que tiene profundos conocimientos cinematográficos. Basta con decir una palabra, un color, un sonido y ellos ya saben de qué se trata”.
El interés de los checos por esa nueva manera de ir al cine está creciendo y frecuentemente se venden casi todos los boletos. No obstante, los organizadores no piensan en ampliar la capacidad de los eventos, sostiene Jiří Císler.
“Para mí lo importante es crear un contacto personal entre los participantes y los actores. Trabajamos con un grupo limitado de personas y un gran número de actores. A lo largo de la noche hay una interacción muy interesante entre ellos, se crean diversas historias. Es una experiencia muy íntima”.A Jiří Šebesta le gustaría algún día llevar a los participantes fuera de la capital para cumplir con uno de los objetivos principales de cine secreto: movilizar a los cinéfilos y cambiar la costumbre de ver las películas desde el sofá hogareño. Sin embargo, por el momento, el proyecto de Cinema Royal no cuenta con recursos suficientes para preparar eventos en otras ciudades.
“La organización de los eventos es muy cara y no se puede cubrir con la venta de los boletos. Estamos constantemente a la búsqueda de patrocinadores. Unos llegan, otros se van, es difícil. Esperamos que algún día venga alguien quien diga chicos, lo hacen muy bien, aquí tienen dinero para los próximos diez años, hagan su trabajo y no se preocupen”.A pesar de la difícil situación económica, el Cinema Royal se trasladará a principios de junio al Festival Internacional de Karlovy Vary donde ofrecerá una función. Es probable que, sin querer, algunos visitantes de la muestra se volverán parte del evento. Los que no quieren ser tomados por sorpresa en la calle, se pueden registrar en la página de Cinema Royal para recibir más información. ¡Pero no se lo digan a nadie, es un secreto!