Peligran dos grandes proyectos científicos europeos en Chequia

Foto: Barbora Kmentová

Peligran los proyectos europeos que suponen la creación en Chequia del láser más potente del mundo y de un centro moderno de biomedicina. En caso de que ambos establecimientos científicos no surjan a tiempo, la República Checa tendrá que devolver millones de euros a las arcas comunitarias.

BIOCEV
En la República Checa deben surgir dos proyectos científicos importantes bajo el amparo de la Unión Europea: el láser más potente del mundo, conocido como ELI, servirá para la investigación en el campo de la física, la óptica y la fotónica, mientras que el centro BIOCEV se propone lograr avances en el sector de la biomedicina. El primero debe ser finalizado en 2016, mientras que el segundo debe entrar en marcha en prueba en 2014.

Sin embargo, existe el peligro de que los proyectos sufran retraso, según subrayó la vicepresidenta del Consejo Gubernamental para el Desarrollo y la Innovación, Miroslava Kopicová.

“Temo que los proyectos actualmente están retrasados, es decir que se está acercando la fecha en que perderemos el acceso a los fondos europeos. Me parece que ambos proyectos esperan que la Comisión Europea prolongue el plazo para su finalización. Porque si no cumplimos las fechas a las que nos comprometimos, tendríamos que devolver los medios financieros comunitarios”.

Václav Hořejší
Uno de los motivos del retraso es la nueva ley checa que hace más rigurosas las condiciones para el transcurso de las licitaciones públicas. “Las nuevas medidas, es decir el procedimiento y los plazos, incluso pueden complicar la creación de proyectos mucho más avanzados”, agregó Kopicová.

Por su parte, Václav Hořejší, uno de los encargados del proyecto BIOCEV, está convencido de que los proyectos serán finalizados a tiempo, a pesar de ciertos problemas surgidos durante su realización, según dijo.

Foto: Barbora Kmentová
“Andamos un poco retrasados, eso sí, pero eso se debe en gran medida a circunstancias en las que no tenemos control. Las deliberaciones sobre el proyecto en Bruselas, y posteriormente en el Ministerio de Educación checo, se prolongaron demasiado. La verdad es que subestimamos un poco la elaboración de la documentación del proyecto, pero aún así tenemos una reserva de tiempo de hasta un año para cumplir con el cronograma”.

A pesar de estas declaraciones optimistas, la Comisión Europea ya está barajando la posibilidad de verse obligada a prolongar el plazo para la finalización de dichos centros científicos que deben surgir en Chequia.