En la inauguración del radiotelescopio más grande del mundo participan astrónomos checos
En el desierto de Atacama en Chile ha sido inaugurado el mayor observatorio terrestre del mundo con la participación de científicos checos. El dispositivo más caro de todos los tiempos, llamado ALMA, podrá aclarar preguntas sobre sistemas planetarios, tales como su origen, su evolución y su frecuencia en el Universo.
Jiří Grygar, astrofísico de la Academia de Ciencias de Praga nos acerca la importancia del proyecto. “Es un dispositivo de módulo móvil que lleva ya unos años funcionando parcialmente y de hecho ya conocimos los primeros resultados que demuestran que el proyecto representa un gran avance en la astronomía mundial. Yo nunca en mi vida había visto imágenes más bonitas y más detalladas de objetos tan lejanos.”
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, se encargó del acto de la inauguración junto con representantes de los Observatorios Astronómicos de Asia y EE.UU., así como con los del Observatorio Europeo Austral (ESO), entre los que se encuentra la República Checa, encabezada por el ministro de educación Petr Fiala.
Jiří Grygar explica las oportunidades que se ofrecen para la investigación astronómica en el futuro.
“De cada dispositivo nuevo, que en cualquier aspecto tiene el nivel más alto que sus precedentes, podemos esperar unos descubrimientos muy importantes. Creo que el futuro de la astronomía será asombroso pero lo que encuentro más asombroso todavía es que en este programa participe la República Checa. A partir del año 1997 somos miembros del Observatorio Europeo Austral, que organiza el proyecto, lo que significa que ahora ya a nuestros astrónomos se les ofrece la oportunidad de trabajar con este dispositivo”.El observatorio ALMA es un sistema de 66 antenas parabólicas de 7 y 12 metros en promedio que no funcionan como telescopios ópticos tradicionales, sino como radiotelescopios, es decir, son capaces de detectar las longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, aproximadamente mil veces más largas que la luz visible. Las señales son recibidas por un superordenador que combina y compara todas las informaciones y se emplea como un telescopio gigante.
El ALMA estudiará por ejemplo la edad del universo y su estructura, la formación de galaxias en las primeras etapas del universo, el nacimiento de nuevas estrellas, nuevos planetas y otros fenómenos espaciales, con una definición diez veces más alta que la del telescopio espacial Hubble. Los científicos eligieron el mejor lugar posible para situar allí un telescopio tan potente. El llano de Chajnantor, en el desierto de Atacama, presenta un extrema sequedad y aridez con ausencia de nubes, ofreciendo así unas condiciones ideales para las observaciones, dado que la atmósfera en esta altitud es casi trasparente. Los astrónomos podrán examinar incluso elementos muy lejanos que desde una altitud menor de 5 km sobre el nivel del mar no se pueden ver con tanta claridad. Es curioso que el nombre del llano de Chajnantor significa en la lengua de los Aymaras “un punto de despegue”, como si fuera predeterminado para construcción de un observatorio astronómico.