El Malbec trata de seducir a los sumilleres checos

Foto: Kelly, Creative Commons 2.0 Generic

El Día del Malbec, destinado a promocionar en todo el mundo esta variedad de vino típicamente argentina, fue celebrado también en la República Checa. Unos 300 profesionales de la restauración se acercaron este martes a la degustación ofrecida por la embajada argentina en Praga, en la que presentaron 16 bodegas.

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El Malbec, aunque cultivado también en Chile y California, es un tipo de vino que se asocia inmediatamente a Argentina. De hecho se trata de la principal variedad de uva que se cultiva en el país y, por su calidad y tradición, es desde hace tiempo un estandarte de la industria vinícola del país sudamericano.

El Día Mundial del Malbec, que este martes celebró su tercera edición, forma parte de los esfuerzos del Gobierno argentino por promocionar su vino más característico en diferentes lugares del mundo. Uno de ellos ha sido Praga, donde se celebró una degustación de vinos Malbec procedentes de las 16 principales bodegas argentinas, cada una representada por un importador checo diferente. A la cata acudieron unos 300 profesionales del vino, según estimaciones del líder de la representación diplomática argentina en Praga, Guillermo Kreckler.

“Profesionales, representantes de hoteles, restaurantes, vinerías, todo lo que esté dentro del sector. Se ha hecho un trabajo para poder promocionar y vender los vinos. Más que todo es que las 16 empresas importadoras de vinos argentinos checas puedan presentar todas las novedades de vinos Malbec que tiene la Argentina en esta ocasión y en este evento”.

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Cuando en 1853 se fundó la Quinta Agronómica en Mendoza, con el objetivo de transformar la industria vinícola argentina, la variedad Malbec, procedente de Burdeos, fue una de las elegidas para probar suerte en el montañoso suelo del país. Desde entonces esta vid se ha ido perfeccionando y adaptando a las peculiaridades geográficas de la cordillera andina y, gracias a sus buenos resultados, pronto se convirtió en la principal especialidad de los vinicultores argentinos, como explica Kreckler.

“La Argentina tiene 31.000 hectáreas plantadas con estos vinos en unas zonas muy aptas, porque el clima beneficia el cultivo de esta uva por sus cambios de temperatura. De día cálido-templado y de noche refresca un poco, esto le hace bien a la uva. Luego la tierra tiene muchos minerales así como el agua que viene de los Andes. La zona de cultivo de vino que tiene la Argentina es alta hasta la Patagonia. Son como 2.000 o 2.500 km de zona vitivinícola”.

De hecho, los Malbec de las distintas regiones de Argentina tienen sus propias características, dependiendo de si se han producido en el norte, en la región central de Mendoza, con sus largos otoños, o en el sur, donde hay grandes oscilaciones de temperatura. Encontramos por ello desde Malbecs rosados, más ligeros, hasta vinos con mucho cuerpo, apropiados para maridar con carne roja, caza y pasta con salsas fuertes.

Actualmente Argentina exporta sus vinos principalmente a Estados Unidos, Canadá y Brasil, y a países europeos como Alemania o Reino Unido. Con promociones como esta se intentará que la República Checa sucumba también al Malbec y se normalice su presencia en los restaurantes y vinerías del país.

Autor: Carlos Ferrer
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