El Gobierno checo recibe el voto de confianza de la Cámara Baja
El largo periodo de inseguridad institucional que vive Chequia acabó este martes con el voto de confianza de la Cámara Baja al nuevo Gobierno de coalición presidido por el socialdemócrata Bohuslav Sobotka. Ahora el tripartito se enfrentará a la complicada tarea de cumplir su programa.
Después de este paréntesis de medio año, la República Checa se encuentra de nuevo con la capacidad de emprender políticas a largo plazo. La Cámara Baja dio este martes su voto de confianza al Gobierno presidido por el líder socialdemócrata, Bohuslav Sobotka, que dirigirá el país en coalición con el democristiano Partido Popular y el movimiento ANO, de centro-derecha.
El tripartito cuenta con 111 diputados en la Cámara, holgadamente por encima de la mayoría absoluta, situada en los 101, con lo que no fue difícil imponer su visto bueno al Gobierno. En contra votó la oposición conservadora, representada por TOP 09 y el Partido Cívico Democrático, mientras que los comunistas y el partido Amanecer de la Democracia Directa se abstuvieron.
El presidente checo, Miloš Zeman, expresó durante su discurso en la Cámara su confianza en un gobierno socialdemócrata poniendo como ejemplo el éxito de los países escandinavos.“Los que han salido mejor parados de la crisis son los países escandinavos. Si miramos los datos, vemos que se encuentran entre los más competitivos y además entre los de mayor índice de desarrollo humano, una medida que engloba, además de parámetros económicos, datos como criminalidad o defensa del medio ambiente. Y precisamente un rasgo de los países escandinavos, que rompe la cabeza a muchos de ustedes, son sus elevados impuestos. Por ejemplo, las rentas más altas de Suecia pagan el 56% de sus ingresos”, subrayó.
Tomar el camino de Noruega o Finlandia puede ser complicado, pero ahora el nuevo Gobierno tendrá la oportunidad de al menos intentarlo. De acuerdo con Sobotka, tras ocho años de gobiernos de centro-derecha, ha llegado el momento de que la República Checa dé un giro en su política social. Su gabinete planea aumentar el salario mínimo, revalorizar las pensiones de jubilación, reducir el IVA de los medicamentos y solucionar el problema de la vivienda, entre otras medidas.
Al mismo tiempo se emprenderán grandes infraestructuras como la finalización de la autopista D3, que unirá Chequia y Austria a través de České Budějovice, la D8, que conectará con Alemania por el norte, y la D11, que enlazará Praga y Hradec Králové.Estas inversiones deberían financiarse mediante una mejor administración y una recaudación de impuestos más eficiente. En este sentido se introducirá por ejemplo la lotería de recibos, siguiendo el ejemplo portugués, la creación de una unidad de policía especializada en la fuga de impuestos, o la mayor fiscalización de los juegos de azar. Si esto no es suficiente, se cuenta con un aumento de los impuestos a las empresas.
Aquí es precisamente donde la coalición de gobierno puede hacer aguas. Ni el movimiento ANO del multimillonario Andrej Babiš ni los democristianos darían apoyo a una subida de impuestos, ya que consideran que sería nefasta para la economía nacional. De hecho la principal crítica al nuevo gobierno hecha desde la oposición es la carencia de fuentes de financiación para su política de mayor gasto público.