Quinta estrategia gubernamental de lucha contra la corrupción
El Gobierno del primer ministro, Bohuslav Sobotka, anunció un nuevo plan para combatir la corrupción en Chequia. La tarea fue encargada al ministro Jiří Dienstbier, que preside el Consejo Legislativo del Gobierno.
El ministro Jiří Dienstbier anunció una nueva estrategia, que al igual que cuatro anteriores, busca acabar con uno de los grandes males que afectan a la República Checa.
“Nuestro plan es moderado. Delineamos una estrategia y un plan de acción para el año entrante, con tareas que se puedan cumplir y controlar”.
Entre los objetivos anunciados por el ministro sobresale el fortalecimiento e independencia del Ejecutivo, una mayor transparencia en las informaciones por parte de la administración pública, y el desarrollo de la sociedad civil.
Para Dienstbier es de suma importancia echar a andar la ley del Servicio Civil que ayudará a despolitizar el sector público, tal y como ocurre en muchos países europeos.Para el activista Martin Kameník, de la Organización No Gubernamental ‘Oživení’, una de las claves del éxito se encuentra en la voluntad política.
El activista sostiene que los fracasos anteriores se deben a que los políticos crearon programas que no se aplicaron de manera contundente por falta de voluntad.
Entre las mayores dificultades que afectan al sector político se encuentra el clientelismo, y el surgimiento de los llamados ‘empresarios políticos’. Se trata de empresarios estrechamente vinculados a los círculos de poder, que se encargan de ejecutar los ‘negocios’.
Entre los planes del ministro Dienstbier cabe mencionar una propuesta para limitar los gastos de las agrupaciones políticas en las campañas electorales e incrementar los controles sobre la declaración de bienes de los políticos.El Gobierno promueve proteger a las personas que denuncien actos de corrupción y prohibirá a los entes públicos mantener relaciones comerciales con empresas de poco prestigio o poco transparentes.
El último informe de Amnistía Internacional sobre el Nivel de la Percepción de la Corrupción situó a la República Checa en el puesto 53 de un total de 175 países.