El rinoceronte checo tendrá guardaespaldas personales

Súdán, el rinoceronte blanco, foto: ČT24

Súdán, el rinoceronte blanco criado en la República Checa y que ahora vive en Kenia, ha recibido protección personal. Hombres armados se encargarán de evitar que el animal, el último macho de su especie, caiga en manos de los cazadores furtivos.

Súdán,  el rinoceronte blanco,  foto: ČT24
Normalmente solo las grandes personalidades, como jefes de estado y multimillonarios, disfrutan de guardaespaldas personales. Súdán puede considerarse así parte de este privilegiado club. Se trata del último macho de rinoceronte blanco del norte, una especie en amenaza crítica de extinción de la que quedan solo cinco ejemplares.

Súdán vive ahora en libertad en su hábitat natural, pero la mayor parte de su vida la pasó en el zoo de Dvůr Králové nad Labem, en la República Checa. En 2009 fue trasladado junto con otros tres ejemplares al parque natural de Ol Pejeta Conservancy en la región keniata de Laikipia, con la esperanza de que la especie comenzara a reproducirse de nuevo y reviviera.

Přemysl Rabas,  foto: Archivo de la Cámara de Diputados del Parlamento de la República Checa
El éxito de este proyecto depende en gran medida de que los cazadores furtivos no consigan acabar con su vida, de ahí la decisión del gobierno keniata de destinar militares armados a su protección.

Para el director del zoo de Dvůr Králové, Přemysl Rabas, la lucha contra la caza furtiva ha de intensificarse y partir de la base de que, en estos casos extremos, estamos hablando realmente de genocidio.

“Cada año desaparecen más de mil animales víctimas de los furtivos. Es posible considerarlo como genocidio, y más cuando amenaza directamente la existencia de una especie. Hace poco se extinguió la variedad occidental del rinoceronte negro, y ahora está en peligro el rinoceronte blanco del norte. ¿Qué es esto sino genocidio?”

Mientras que en 1960 había unos 2.000 ejemplares de rinoceronte blanco del norte, actualmente quedan con vida solo 5, todos criados en cautividad. La última manada en libertad vivió en el parque nacional de Garamba, en la República del Congo, y hasta 2004 contaba con 30 ejemplares. La caza furtiva acabó con todos ellos en pocos años.

Súdán,  el rinoceronte blanco,  foto: ČT24
Las circunstancias críticas en las que se desarrolla ahora la protección de esta especie hace que la vida de Súdán sea enormemente importante en varios sentidos, prosigue Rabas.

“Súdán es de hecho símbolo de la forma en la que nos comportamos con el planeta, con la naturaleza, con nuestro entorno. Y por eso es una advertencia, una forma de recordar que deberíamos cambiar nuestro comportamiento”.

En todo caso, y a pesar de la atención mediática, Rabas opina que los guardaespaldas de Súdán no son una novedad tan extraordinaria, sino solamente un refuerzo a una vigilancia que ya existía.

El parque natural de Ol Pejeta Conservancy en Kenia,  foto: ČT24
“Como he dicho, Sudán es un símbolo, y es un símbolo popular. En realidad la protección no es una novedad, se encontraba bajo vigilancia desde que llegó en 2009, y el mismo cuidado están recibiendo las dos hembras. Lo que pasa es que el ser el último macho se le da más importancia”.

Lo más importante es salvar a las hembras

Poco se ha avanzado desde que en 2009 los cuatro rinocerontes checos hicieron de Kenia su nuevo hogar. Suni, de 34 años de edad, murió el año pasado por causas naturales, convirtiendo a Súdán en el último macho. Además de las dos hembras checas en libertad, Najin y Fatu, sigue con vida otra hembra en Dvůr Králové, Nabire, y otra en el zoo de San Diego, Nola, nacida en 1972. En teoría todo debería ser distinto, pero los planes de reproducción en libertad se vieron truncados por una enfermedad inesperada.

Foto: ČT24
“Hay un problema general con la reproducción de los rinocerontes blancos, y de hecho los trasladamos a su hábitat para que mejorara su estado de salud y su apetito sexual. Funcionó, y hubo algunos apareamientos, pero por desgracia la hembra mayor contrajo una infección de útero, quizás durante el apareamiento, y esto le impide la reproducción. Por eso nuestros esfuerzos se centran ahora en la reproducción asistida”.

De hecho, si Súdán muriera, no supondría el fin de la especie, explica Přemysl Rabas.

Fuente: Google Maps
“En realidad tienen mucho más peso desde el punto de vista biológico las hembras. Tenemos esperma guardado tanto de Súdán como de los otros tres machos, hoy en día ya muertos, que criamos en el zoo. Lo más importante es mantener con vida a las hembras hasta que consigamos mejorar la técnica de extracción de óvulos, su maduración y en su caso, la fecundación”.

El rinoceronte blanco del norte llegó a vivir en una zona que abarcaba el norte del Congo y el sur de Sudán, así como algunas zonas del Chad y Uganda. Al igual que su pariente, el rinoceronte blanco del sur, se alimenta de la hierba que crece en zonas boscosas. La diferencia es que este no está ahora amenazado y su población sigue creciendo, llegando en 2011 a más de 20.000 ejemplares censados.

Rinocerontes blancos en el zoo de Dvůr Králové,  foto: Barbora Kmentová
De acuerdo con Rabas, la subespecie del norte fue especialmente desafortunada.

“No es que los cazadores furtivos eligieran precisamente el rinoceronte blanco del norte. Lo que pasó es que esta especie estaba en el lugar incorrecto en el peor momento. Había relativamente pocos y los furtivos tuvieron una gran incidencia en ellos. En realidad de no ser por el zoo de Dvůr Králové, se habrían extinguido hace tiempo. Precisamente nuestro zoo alargó su estancia en el planeta al ser el único en conseguir que se reprodujeran”.

El zoo de Dvůr Králové nad Labem fue inaugurado en 1946 y a partir de los años 70 dejó de ser un pequeño jardín de importancia regional para convertirse en uno de los centros europeos más importante de cría de animales africanos.

Autor: Carlos Ferrer
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