Ocho checos detenidos en operación internacional contra traficantes de cocaína
La operación internacional Marabú contra una red de tráfico de cocaína ha dado como resultado la detención de un buen número de personas, entre ellas ocho ciudadanos checos. Dos de ellos trataron de pasar la droga escondida en los zapatos de un niño.
La organización corría a cargo de una banda nigeriana que adquiría cocaína de alta calidad en Colombia y Brasil y la vendía por Europa, contratando distribuidores y correos locales. De hecho el papel de los checos en la red era más bien secundario, constata Jakub Frydrych, director de la Policía Antidroga de la República Checa.
“En el territorio de la República Checa hemos presentado cargos contra cuatro personas, tres de ellas se dedicaban a alquilar correos para enviarlos al extranjero, y dos de estas cuatro personas se comunicaban directamente con el centro de distribución en España. Los correos eran gente de bajo estatus social. Como prueba nuestra experiencia, suele ser así, ya que se trata de un beneficio económico relativamente alto en poco tiempo”.Estos cuatro checos están acusados de fabricación y almacenamiento de estupefacientes y sustancias psicotrópicas y se enfrentarán probablemente a una pena de hasta 18 años de cárcel.
Del resto de los checos, dos eran correos y fueron detenidos en el aeropuerto de Fráncfort del Meno con tres kilos de cocaína escondidos en los zapatos que llevaba en la maleta un niño que viajaba con ellos. Otro correo checo fue arrestado cuando viajaba de Brasil a España con 800 gramos de cocaína en su tracto intestinal. Tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para salvar su vida y actualmente se halla hospitalizado en Bilbao.
El octavo checo fue detenido en Viena junto a un nigeriano. Juntos organizaban los trayectos de los correos por Europa. Hay más detenidos de otras nacionalidades pero la cifra total aún no se ha hecho pública.No es la única gran operación antidroga de este año en la República Checa. Recientemente fueron encontrados en un supermercado de Praga 100 kilos de cocaína en una remesa de bananas, lo que constituyó una de las mayores incautaciones de droga de la historia del país. Sin embargo, según la Policía Antidroga los dos casos no guardan relación entre sí.