Más de un millón de checos viven al borde de la pobreza

Иллюстративное фото: Ладислав Баба, Чешское радио

Un número cada vez mayor de checos vive al borde de la pobreza, según lo demuestra un reciente estudio de Cáritas de la República Checa. La desfavorable situación de las personas se debe sobre todo a las deudas que tienen y que no son capaces de pagar por diversos motivos, así como a conocimientos insuficientes del manejo adecuado de sus finanzas personales.

Foto ilustrativa: Ladislav Bába,  ČRo
En los últimos 20 años los checos se acostumbraron a pedir préstamos de diverso tipo, ya sea una hipoteca para la vivienda, préstamo para adquirir un auto o para comprar regalos de Navidad. Sin embargo, no todas las personas logran pagar posteriormente la deuda, ya sea por la eventual pérdida del trabajo, problemas de salud, o simplemente porque su salario no les alcanza para vivir y sufragar sus compromisos financieros. La pérdida del trabajo o la enfermedad puden causar serios problemas financieros a cualquier persona.

Según demostró un reciente estudio de Cáritas de la República Checa, aproximadamente 1.500.000 checos viven al borde de la pobreza. Algunos reciben ayudas sociales, otros trabajan por un sueldo mínimo. Lo que es paradójico, es que el salario mínimo que recibe un 6% de la población y que es de 400 euros mensuales, habiendo subido en 2016 en unos 30 euros, es inferior a algunas ayudas sociales del Estado, según afirma Lucie Benešová de Cáritas de la República Checa.

”El salario mínimo es muy bajo. Si comparamos las ayudas que reciben las personas con serios problemas sociales con el salario mínimo, no sorprende que muchos ciudadanos prefieran quedarse en casa y recibir ayudas, ya que no se ven motivados a trabajar”.

Foto ilustrativa: archivo de Radio Praga
Como indica Lucie Benešová, en opinión de Cáritas, el sueldo mínimo debería ser de por lo menos 485 euros mensuales, para que las personas que trabajan logren cubrir sus necesidades básicas.

En lo que más se gasta en Chequia es en la vivienda. En Praga por ejemplo, el alquiler de un apartamento de tamaño pequeño y mediano cuesta entre 320 y 600 euros mensuales. La compra de un apartamento de tamaño regular puede costar unos 160.000 euros. Muchos ciudadanos, especialmente las familias de bajos salarios y con hijos, no logran pagar esas sumas y pueden caer en la pobreza.

El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales impulsa la pronta aplicación de una nueva ley sobre la vivienda social, según afirma la ministra del sector, Michaela Marksová.

Michaela Marksová,  foto: ČT24
”La normativa implica un compromiso para las alcaldías de las poblaciones y ciudades de disponer de viviendas sociales. No obstante, dependerá de las propias municipalidades de cómo asumirán esa tarea, si concederán pisos de su propio fondo de viviendas o si decidirán proceder a la construcción de edificios nuevos para este fin”.

El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales prevé presentar este proyecto de ley al Gobierno a más tardar a mediados de este año. Los especialistas confían que su aplicación pondrá fin al negocio negro de viviendas. Algunos propietarios de edificios en mal estado alquilan los pisos o cuartos a personas con serios problemas financieros, pero les cobran elevadas sumas que ni de lejos responden al estado del inmueble.