El duro destino de los terratenientes en Chequia

Kollektivierung der Landwirtschaft (Foto: Archiv des Projektes ‚Moderne Geschichte‘)

El triste destino de los terratenientes en Checoslovaquia durante el siglo XX lo documenta una exposición que ha sido inaugurada este miércoles en el Museo Nacional Agrícola, en Praga. Durante la ocupación nazi y más tarde, con la llegada al poder de los comunistas, los grandes propietarios de terrenos agrícolas y fincas fueron desprovistos de sus bienes, y algunos terminaron en la cárcel.

La cosecha delúpulo en la aldea de Přestavlky,  los años 60 del siglo pasado,  foto:  Jana Zemanová / CC BY-SA-4.0
Un sinnúmero de fotografías, objetos de uso cotidiano, como máquinas de coser, un acordeón y utensilios típicos de las zonas de campo, textos y documentales de la época, es lo que ofrece la muestra multimedia titulada ‘Limpieza de terratenientes’ (Rozkulačeno!). Fue preparada por el Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios, que trata de dar respuesta por su medio a la interrogante ¿Por qué y de qué manera las dictaduras nazi y comunista se empeñaron en liquidar a los terratenientes en Checoslovaquia?

Al ser ocupado el país por los nazis en 1939, los grandes propietarios checos fueron obligados a entregarles gran parte de la cosecha y del ganado, para alimentar a las tropas. Lo que les quedaba muchas veces no alcanzaba para alimentar a la familia y algunos propietarios de terrenos quedaron en bancarrota. Al finalizar la guerra, pensaban que vendrían tiempos mejores, pero se equivocaron, según recuerda uno de ellos, Miroslav Vodñanský.

Foto: página web oficial del proyecto 'Historia moderna' | Foto: página web oficial del proyecto 'Historia moderna'
”En el año 1948 llegaron al poder los comunistas y antes de la cosecha los terratenientes fuimos desprovistos de nuestras tierras. Ello a pesar de que el líder comunista Klement Gottwald, entonces primer ministro, había dicho que las tierras agrícolas no serían nacionalizadas, y que no serían creadas en el país cooperativas agrícolas o koljoz”.

Los comunistas estaban decididos a fortalecer su poder también en el campo, y los terratenientes eran un obstáculo para sus planes. Decidieron privarlos de su influencia por medio de la confiscación de sus bienes, afirma el historiador Jiří Urban.

Historiador Jiří Urban,  foto: ÚSTR
”El Ministerio de Seguridad Nacional, en colaboración con las autoridades comunistas regionales, escogieron a una determinada familia de terratenientes a la que después acusaron de atentar contra el nuevo régimen. Esa familia fue desprovista de sus tierras, su finca, en fin, no le quedó casi nada. Todo eso se hacía en el marco de la colectivización del campo”.

Los campesinos sin tierras que apoyaban a los comunistas podían quedarse con cualquier cosa que antes había pertenecido al terrateniente. Uno se llevaba una o dos vacas, otro un caballo, se quedaba con un pedazo de tierra arable o con utensilios de cocina, etc. Algunos terratenientes que se oponían firmemente a la colectivización terminaron en la cárcel y fueron condenados a largas penas en procesos políticos injustos, indica Jíří Urban.

Fuente: public domain
”El odio y la envidia de aquellas personas que impulsaron el desalojo de las familias de los terratenientes y su traslado a otro lugar, eran increíbles. Y cuando la familia fue expulsada de su hogar, pudiendo llevarse sólo un mínimo de cosas, esa gente se dirigía enseguida al lugar. Se asemejaban a los buitres cuando se repartían entre sí todo lo que quedaba allí”.

Después de los cambios democráticos de 1989, se procedió entre otras medidas también a la devolución de las tierras a las familias de los antiguos terratenientes. No obstante, muchos de los antiguos propietarios de esos terrenos han fallecido ya, y los 40 años de comunismo y de cooperativas agrícolas se reflejaron en el modo de pensar de la gente y en su relación hacia las faenas del campo. Son relativamente pocos los que quieren labrar las tierras que habían pertenecido a sus antepasados.

La exposición ‘Limpieza de terratenientes’, que es la primera que centra su atención en la situación y los cambios en el campo checo durante el siglo XX, se prolongará en el Museo Nacional Agrícola, en Praga, hasta el 30 de septiembre.