El misterioso origen del nombre de la colina de Petřín
Bandoleros, rocas o un dios pagano. El origen del nombre de la emblemática colina praguense de Petřín tiene una serie de interpretaciones que les daremos a conocer en la nueva edición del espacio 'Leyendas Checas'.
“Se dice que las cuevas de la colina Petřín se convirtieron durante la contienda en un refugio para los desertores militares y los praguenses cuyas casas acabaron saqueadas y destruidas por las tropas. La leyenda dice que todos juntos fundaron en las cuevas una hermandad, que se llamaba Petrovští. Según el mito robaban a los ricos y obsequiaban a los pobres”.
La colina de Petřín está repleta de galerías mineras, que fueron surgiendo desde la Edad Media a fin de extraer carbón y minerales de hierro, pero también para desviar el agua. Una de las galerías más bellas se denomina Železitá y resulta asombrosa con su lago y espeleotemas de variopintos colores. Una de las galerías, conocida como XXII, está abierta para el público.Petřín de piedra
Uno de los cronistas checos más conocidos, Kosmas, describió ya en el siglo XII la colina como un lugar rocoso. La piedra de este lugar sirvió para la construcción de una gran parte de los monumentos praguenses, y puede que también diera el nombre a Petřín, explica Sokolová.
“Petřín puede ser derivado de la palabra griega “petros”, que significa una roca. La verdad es que Petřín tiene un sustrato rocoso. Otra posibilidad es que provenga de la expresión alemana Pronberg, una palabra deformada que denominaba la colina del dios Perun. Sería una referencia a la época pagana. La tercera opción es que se derive de la antigua palabra checa “patřiti”, es decir, mirar, ya que los guardias vigilaban desde la cima si no se acercaba algún peligro”.Hoy día se alza en la colina el Mirador de Petřín, llamado también la pequeña Torre Eiffel. La obra, que es cinco veces más baja que su hermana parisina, fue construida en 1889.
La apertura del mirador se celebró dos años después en el marco de la Conmemorativa Exposición Universal de 1891, cuyo propósito fue demostrar el avanzado nivel de la industria checa.
Petřín es también un punto de encuentro de las parejas enamoradas. El lugar presume de preciosos parques y jardines. Una visita romántica la promete también el Observatorio Astronómico de Štefánik, que se halla a pocos pasos del mirador.