Bohemia del Norte, una tierra de tesoros
Un valioso tesoro del siglo XIV salió recientemente de las profundidades de las tierras de Vysoké nad Jizerou, en Bohemia del Norte. No es el primer descubrimiento de valor en esta zona, que dispone además de un lugar donde cualquiera puede encontrar su tesoro.
“Se estima que las monedas se hallaban enterradas desde el año 1330. Concretamente se trata de los groses de Praga. Una parte fue acuñada por encargo del rey Wenceslao II, mientras que el resto del tesoro procede de la época del rey Juan de Luxemburgo”.
Los groses de Praga circularon en las Tierras Checas desde el año 1300 hasta mediados del siglo XVI. Las monedas destacan por la presencia de plata pura, el símbolo de la corona de los reyes checos en una cara y el nombre del rey de la época en otra.
La tierra, un “banco” de la Edad Media
La presencia del tesoro en Vysoké nad Jizerou no es accidental, ya que se hallaba escondido en un antiguo camino comercial de gran importancia, que conectaba el centro de Bohemia con la región de Silesia. La inexistencia de bancos obligaba a los comerciantes a resguardar sus ganancias en la tierra para volver a subirlas de esta “caja fuerte” en caso de necesidad.
„Las monedas estaban guardadas originalmente en un recipiente. Se encontraban casi en la superficie, cubiertas de acículas de los árboles. La erosión, es decir, el proceso natural de alteración de la tierra, causó que el tesoro subiera casi hasta la superficie”, aproximó el arqueólogo Jan Prostředník.En su época, el propietario de las monedas hubiera podido comprar por esta cantidad de groses un rebaño de puercos o doce barriles de cerveza. Hoy día, los barriles serían muchos más, ya que el precio de una moneda en el mercado numismático es de aproximadamente 300 euros. Aparentemente, las monedas de Vysoké nad Jizerou no llevaban mucho tiempo circulando, lo que insinúa su alto brillo y su buen estado en general.
Al descubridor le pertenece una recompensa
Con la decisión de entregar el tesoro a las autoridades, el descubridor obedeció la ley que impone entregar al Estado cualquier hallazgo de valor y de dueño desconocido; desde un monedero hasta un tesoro de oro. No obstante, el descubridor tiene derecho a una recompensa, afirma Jan Boublík del Departamento Numismático del Museo Nacional en Praga.“El valor de las monedas se calcula a partir de su importancia cultural e histórica. El 10% del valor autorizado pertenece al descubridor como recompensa”.
Además de esta retribución, obtendrá una remuneración por parte de las autoridades de la Región de Liberec. Con este acto quieren motivar a otros eventuales descubridores de tesoros para que entreguen sus hallazgos y los conserven para las próximas generaciones.
Los arqueólogos realizaron en el bosque de Vysoké nad Jizerou una profunda investigación que les facilitó el hallazgo de otra moneda medieval, así como de fragmentos de cerámica de la época. El lugar del descubrimiento permanece en secreto, con el fin de evitar la llegada de buscadores de oro. La República Checa representa una potencia en cuanto al número de buscadores de tesoros, lo que se refleja en la cantidad de detectores de metales vendidos. Los arqueólogos checos aprovechan este entusiasmo, y colaboran frecuentemente con estos “cazadores de oro”.
El tesoro de Vysoké nad Jizerou pasó inmediatamente a los profesionales del Colegio de Joyas de la ciudad de Turnov para que aseguraran su conservación. Posteriormente, las monedas llegarán a formar parte de una nueva exhibición en el Museo del Paraíso Checo, que el próximo año presentará al público los tesoros encontrados por arqueólogos y por ciudadanos de a pie.No es el primer tesoro encontrado en las cercanías del antiguo camino comercial en Vysoké nad Jizerou. El mayor hallazgo data del año 1916, cuando un agricultor encontró accidentalmente un total de 561 monedas. El penúltimo tesoro descubierto en la zona también estuvo conformado por monedas y fue descubierto en 2011 después de una carrera de motocrós.
Buscar sus propias piedras preciosas
La cercana colina de Kozákov es conocida entre los checos por la presencia de piedras preciosas y semipreciosas, como amatistas, ágatas y jaspes. El propietario de la Cantera de Votrubec (Votrubcův lom) permite a los interesados buscar sus propias piedras de valor que posteriormente pueden pulir en el cercano Museo de Piedras Preciosas. Josef Votrubec destaca que esta actividad entusiasma especialmente a los niños.“A los niños les encanta buscar pepitas de piedras preciosas y observar el proceso de pulido. Se sienten orgullosos de tener mérito en esta labor y la verdad es que les asombra”.
Las piedras preciosas de Kozákov cautivaron en el siglo XIV también al rey Carlos IV, quien mandó decorar con ellas parte de la Capilla de la Santa Cruz en el castillo de Karlštejn. Por su parte, los jaspes de Kozákov brillan también en el sarcófago en la Capilla de San Wenceslao en la Catedral de San Vito en Praga.
Los arqueólogos hacen su agosto
Las tierras de la Región de Liberec han sido generosas también con los arqueólogos, quienes señalan este año como fructífero, prosigue el arqueólogo Jan Prostředník.“El hallazgo arqueológico más antiguo ha sido descubierto durante unas obras de construcción en el municipio de Přepeře. Se trata de los restos de un asentamiento que data del 5.000 o el 6.000 a. C., es decir, de la época del Neolítico. A parte de cerámica, encontramos fragmentos de diferentes herramientas de piedra, como unas hachas elaboradas con un mineral muy firme procedente de las Montañas de Jizera”.
Esta piedra de una excelente calidad había ganado fama en todo el Viejo Continente, según muestran los artefactos de los museos en varios países europeos. Los arqueólogos de Turnov celebraron este año otro éxito con el descubrimiento de los restos de un bloque de edificios renacentistas que habían desaparecido probablemente tras un incendio en el siglo XVIII. En sus cercanías han encontrado asimismo el pilar de un antiguo puente.