La asistencia sexual a los discapacitados deja de ser tabú
En la República Checa se ha multiplicado por tres el número de asistentes sexuales para personas discapacitadas.
El concepto “asistencia sexual”, sin embargo, abarca mucho más de lo que parece a primera vista. Los asistentes sexuales por ejemplo enseñan a los jóvenes discapacitados a apreciar su propio cuerpo, a prevenir la violencia sexual, o a tener relaciones seguras. Hasta ahora había solo cinco asistentes en la República Checa, pero el número ha crecido en unos 13.
De la instrucción de los asistentes se encarga la organización Freya, la que introdujo el servicio en la República Checa. Su directora, Lucie Šídová, destacó que los aspirantes deben cumplir una serie de condiciones antes de ser admitidos a trabajar como asistentes.
“Para nosotros es muy importante que las personas tengan cierta edad, más de 30 años, que sean ya personas maduras. Les pedimos a los candidatos completar un cuestionario, luego tienen que pasar por una entrevista personal de una hora. Si no estamos seguros con el aspirante, no lo podemos admitir en el curso”.
Los asistentes son seleccionados con mucho cuidado, entre otras cosas tienen que firmar un código ético. En primer lugar deben comprender su propia sexualidad para poder ayudar a los demás.“Los asistentes tienen que tener una formación, un certificado, y saber lo que están haciendo. Sobre todo tienen que ser conscientes de su propia sexualidad”.
El Servicio de Asistencia Sexual no es un centro solo para consejos sexuales. Los asistentes ofrecen a los clientes masajes somáticos, tanto calmantes como activadores.
Una de las ayudantes, Věra, dice que la sexualidad de las personas con discapacidades físicas y mentales a menudo se suprime. Al mismo tiempo, enfatiza que la comunicación adecuada es la base para trabajar con los pacientes.
“Llevo mucho tiempo trabajando en el servicio social. Veo prejuicios por parte de los padres que niegan la sexualidad de sus hijos. A menudo se trata de padres que siguen cuidando de ellos, ya sea que tengan 11 o 30 años de edad. Los siguen bañando, encargándose de su higiene y así invadiendo su espacio personal. Pero su sexualidad sigue desarrollándose, a pesar de las discapacidades. (…) La base es siempre comunicarse bien con la persona. No importa si la persona puede contestar o no, es la base de todo trabajo social, ya sea los masajes o la asistencia sexual”.
Uno de los pacientes que decidió buscar ayuda es Tomáš, quien se dedica al tema de la sexualidad a largo plazo.“Las personas con discapacidades no están muy asociadas con el concepto de ‘ser sexual’. Pero no se trata solo del sexo como tal. Para algunas personas, estos masajes son la única manera de interactuar con otros. Creo que fue una buena decisión abrir este tema”.
La directora de la organización Freya, Lucie Šídová, se inspiró en el extranjero para introducir el servicio en Chequia. Según Šídová, el incumplimiento de las necesidades sexuales puede llevar a la agresión.
“En la asistencia sexual no se trata solo del sexo, sino de la sexualidad en general, de la aceptación del cuerpo tal como es. Creemos que los derechos a la sexualidad de las personas con discapacidades mentales son los que más se violan. Esta personas no tienen la oportunidad de cumplir sus necesidades sexuales, lo que luego conduce a la agresión y al comportamiento inapropiado”.
Si una persona discapacitada siente que necesitaría asistencia sexual, puede contactar a los trabajadores a través de la página web, dice Šídová.
“Si uno está pensando en la asistencia sexual, puede dirigirse a nuestro sitio web, donde hay una lista de asistentes. Los clientes pueden ver sus perfiles y elegir con quién se van a reunir. (…) En la primera cita el cliente se pone de acuerdo con el asistente en si continuarán trabajando juntos o no”.En la actualidad hay asistentes sexuales solo en Praga y en el este de Bohemia, pero pronto estarán disponibles en las ciudades de České Budějovice y Brno, así como en la región de Moravia del Sur y de Ústí nad Labem. De esta manera se reducirán los gastos de viaje y la asistencia será más accesible.
Según Šídová, los trabajadores sociales acuden anualmente a alrededor de 250 asistencias, y el interés en estos servicios está aumentando.