El mini horno original checo Remoska cumple 55 años
Asar carne, preparar un plato caliente de verdura o un pastel. Todo esto es posible hacerlo en el mini horno universal eléctrico de origen checo Remoska, que acaba de cumplir 55 años.
Un fácil manejo, bajo consumo de energía y un precio aceptable, es lo que trae amplia popularidad al recipiente de cocina llamado Remoska. Se trata de un mini horno universal antiadherente que consiste en dos partes, la inferior, donde se coloca la comida y la superior, una especie de tapa calentadora que a través de un cable se conecta en un enchufe.
Remoska es un invento checo que acaba de cumplir 55 años de existencia. Su surgimiento está vinculado estrechamente con un viaje de trabajo del especialista electrotécnico Oldřich Homuta. Este visitó en los años 50 Suecia donde vio una cacerola eléctrica en la que se podía cocinar, pero no asar. Al regresar, montó con sus amigos un pequeño taller en Praga en el que poco a poco fue surgiendo Remoska. Sus primeros prototipos aparecieron entre 1953 y 1955. Originalmente se la denominaba con las siglas HUT, que eran las primeras letras de los apellidos de sus constructores, Homuta, Uher y Tyburec.El nuevo producto comenzó a ser fabricado en la localidad de Zdice, donde se montaban hornos eléctricos, y posteriormente en Ondřejov, ambas localidades situadas cerca de Praga. Hasta que en 1957 la fabricación de este mini horno se asentó definitivamente en la localidad de Kostelec nad Černými Lesy. Hasta el año 1991 fueron lanzadas al mercado 1.5 millones unidades.
La historia de Remoska en un museo cerca de Praga
En el museo de Kostelec nad Černými Lesy tienen una muestra permanente que recuerda la historia de la compañía ‘Remoska’. De ella nos contó más pormenores Jiří Filípek, administrador del museo.
”La compañía ‘Remoska’ se encontraba antaño en una casa unifamiliar local del año 1930. Allí estaban las oficinas de la administración, al igual que el centro de producción. Pero en vista de la gran demanda de este producto, muy pronto fue construida en las inmediaciones una nueva fábrica para estos fines. Y a partir de 1958 comenzó la fabricación de Remoska en grandes series”.Aunque la producción fue creciendo, en la fábrica trabajaban entonces sólo nueve obreros. Pero en vista de que la demanda del mini horno seguía aumentando en vista de que las amas de casa checas descubrieron pronto sus ventajas, el número de trabajadores comenzó a subir paulatinamente. En 1964 el mini horno checo fue denominado Remoska y comenzaron a ser fabricados también nuevos modelos.
No obstante, después de 1989, tras los cambios políticos en el país, la producción en ‘Remoska’ fue cayendo repentinamente. Esto se debió sobre todo a la aparición en el mercado nacional de nuevos aparatos de cocina, como el microondas y sartenes eléctricos, según recuerda Jiří Filípek.
”Es lamentable que terminara aquí en Kostelec la fabricación de ese mini horno, así como otras cosas. Concretamente fue después del año 1990 que la fábrica local fue cerrada. Pero, por suerte, gracias al nuevo interés por el aparato este no desapareció del todo. Y actualmente es muy solicitado también en el extranjero y creo que eso es un claro testimonio de algo”.
La fabricación de Remoska se traslada a Moravia del Norte
A comienzos de los años 90 la fabricación de Remoska fue trasladada al norte de Moravia. Todo fue por mera casualidad. Un técnico, el señor Jiří Blažek, quien tenía en casa una Remoska que dejó de funcionar, viajó a Kostelec a fin de conseguir los repuestos que necesitaba para poner el mini horno nuevamente en funcionamiento. En el lugar descubrió que la fábrica se cerraba y se le ocurrió comprarla, como nos contó Ivo Svoboda, desde 2013 uno de los propietarios de la nueva empresa ‘Remoska’, situada en la ciudad morava de Frenštát pod Radhoštěm.”La fábica de Kostelec nad Černými Lesy fue ofrecida a la venta en el marco de la llamada pequeña privatización. El señor Blažek la compró y, debido a que el lugar se encontraba muy lejos de su domicilio, en 1994 fundó en la ciudad morava de Frenštát pod Radhoštěm una nueva compañía, conservando para ella el nombre de ‘Remoska’. Al señor Blažek el mini horno le cautivó de tal manera que decidió continuar con su fabricación”.
Remoska conquista al Reino Unido
Los comienzos, sin embargo, no fueron nada fáciles. El mercado del antiguo bloque socialista se había desmoronado y los checos se vieron atraídos por productos de Europa Occidental y de otras partes del mundo que finalmente podían conseguir en el mercado local. En esta situación ‘Remoska’ tenía que ganarse nuevamente las simpatías de los consumidores checos y, además de los antiguos países comunistas como Polonia, Hungría o Rusia, abrirse camino también a otros mercados extranjeros, señala Ivo Svoboda.
”Hemos logrado entrar, y registramos gran éxito en el mercado de Gran Bretaña, hacia donde exportamos actualmente el 50% de nuestra producción. Fue casi un milagro, podríamos decir. Un día me sonó en mi trabajo el teléfono y me llamaba una tal señora Milena. Me dijo que me llamaba de Gran Bretaña y que podía hablar con ella en checo, porque es de origen checo. Y también me preguntó ¿por qué no exportábamos ese excelente producto que es el mini horno Remoska a ese país? Le dije que no tenía a un socio para hacerlo y ella me respondió que encontraría a alguien. En el curso de dos meses cumplió la promesa y poco tiempo después salió el primer envío al Reino Unido”.La señora Milena Grenfell-Baines es uno de los niños judíos que en vísperas de la Segunda Guerra Mundial fueron salvados por el británico Sir Nicholas Winton, quien organizó su traslado en tren desde Praga a Londres. Milena tenía entonces 10 años de edad.
El primer encargo para el mercado británico fue de 1500 mini hornos Remoska. Se preveía que eso sería suficiente para cubrir la demanda de ese producto por un año. No obstante, el recipiente eléctrico checo fue vendido en solo una semana. Eso gracias a la señora Milena, cuya amiga trabajaba en una compañía de ventas por catálogo y le ayudó a promocionar el producto, pero también gracias a la forma en que Remoska prepara la comida, o sea asándola, lo que se adapta a los ciudadanos británicos.
Premio al Mejor Producto del Año
La popularidad de Remoska en el mercado británico fue creciendo de tal manera que en 2001 conquistó el Premio al Mejor Producto del Año, concedido en el Reino Unido por el instituto Good Housekeeping, que publica una revista del mismo nombre. Hasta el presente se vendieron en ese país unos 175 000 mini hornos Remoska.
Con el paso del tiempo fueron cambiando los materiales, así como la forma de Remoska. Actualmente el aparato es antiadherente a la vez que su tapa con el cable eléctrico ya no tiene una ventanilla para poder ver dentro, porque esta no era tan práctica como se había pensado originalmente. Se cubría de vapor y también era difícil lavar las eventuales manchas de grasa que quedaban en ella, cuenta Ivo Svoboda.”A lo largo de la historia hubo unos cuatro modelos que mantuvieron su popularidad. Se fabricaban y se siguen fabricando en tres tamaños. Primero no tenían ventanilla, después la tenían y en el último modelo esta fue eliminada nuevamente y, además, se utilizó en ella un nuevo material inoxidable que empleamos hasta la actualidad. El esmalte ya no lo utilizamos. Y también hemos modernizado el aspecto de Remoska para que respondiera a las tendencias actuales de los recipientes de cocina. Estos son los mayores cambios”.
En lo que respecta al tamaño, la Remoska más pequeña, el modelo llamado Original, es para unas dos o tres raciones de comida. Le sigue el modelo Grand, que es para una familia de cuatro miembros y más tarde comenzó a fabricarse el modelo Mini, para una sola persona. Este está destinado más bien para el camping. Hasta el presente fueron fabricados en Chequia más de 3 millones de mini hornos Remoska en total.
Hoy en día Remoska se exporta además del Reino Unido a numerosos países, entre ellos Austria, Hungría, España y Estados Unidos. Últimamente muestran interés por su importación asimismo Australia, Canadá, Alemania y República Sudafricana. El mini horno milagroso lo poseen naturalmente también casi todas las amas de casa en Chequia.