Científicos checos investigan la presencia de sustancias nocivas en los alimentos
Los científicos de la Universidad Checa de Agricultura han lanzado un nuevo proyecto para investigar la presencia y el impacto de sustancias nocivas en la tierra.
El paisaje agrícola forma la mayor parte de nuestro entorno. Sirve sobre todo para la producción de piensos y alimentos, pero lo que contiene al final siempre termina en el cuerpo humano, ya que estamos en la cima de la cadena alimentaria, como explica el profesor Pavel Klouček de la Facultad de Agrobiología, Alimentos y Recursos Naturales de la Universidad Checa de Agricultura.
“Casi nadie se da cuenta de que la mayor parte del entorno en que vivimos es en realidad un paisaje agrícola, que se utiliza para producir alimentos y piensos, y de que las sustancias que se encuentran en este entorno al fin y al cabo terminan en el cuerpo humano”.El Centro de Investigación de la Universidad de Agricultura quiere por lo tanto investigar la presencia de diferentes sustancias nocivas en los segmentos del ciclo de producción de alimentos.
Los científicos planean estudiar cómo las sustancias pasan a través de las plantas, cómo se transforman y cómo llegan a formar parte de los granos que se utilizan para alimentar el ganado o para cultivar plantas que después consumirán las personas, continúa el profesor Klouček.
“Seguiremos el recorrido de las sustancias a través del agua y de la tierra, pero el punto central del proyecto es la planta. Hemos elegido el trigo y el maíz como prototipo, porque estas son las plantas más cultivadas en el mundo”.
El equipo quiere averiguar si los contaminantes afectan las sustancias favorables en los alimentos. Otra parte del proyecto NutRisk será averiguar cómo deshacerse de los elementos nocivos.Un grupo de investigadores observará el impacto de diferentes materias en la tierra que rodea las raíces de las plantas, otro analizará cómo las sustancias dañinas llegan al cuerpo de los peces por medio del agua contaminada. Algunos experimentos ya están en curso, como apunta el profesor Klouček.
“Analizamos por ejemplo los residuos de pesticidas en la paja de trigo, que se utiliza para el abonado de fresas o para la producción de sustratos para hongos. Los residuos de pesticidas ralentizan el crecimiento de las fresas. Pueden contaminar incluso las frutas y los hongos y así pasar a los alimentos que comemos”.
El paracetamol tiene efectos similares a la sal
El grupo de científicos liderado por el profesor František Hnilička se dedica a los efectos del paracetamol en el crecimiento del maíz. Esta sustancia activa, a menudo usada para el dolor de cabeza y la fiebre, no se descompone completamente en las depuradoras de aguas residuales y sus restos entran así en la tierra.En el invernadero de la Universidad de Agricultura, el profesor Hnilička tiene varias macetas con maíz, con diferentes concentraciones de paracetamol. En un extremo, el maíz crece a partir de agua destilada pura. En el otro extremo, las macetas contienen una concentración de 1000 miligramos de paracetamol por litro, explica el profesor.
“Una concentración tan alta normalmente no ocurre en la naturaleza. Pero nosotros elegimos altas concentraciones para determinar el grado de resistencia de las plantas. Por lo general se trata de unos 50 miligramos de paracetamol por litro”.
Mientras que el maíz que crece en las macetas con agua destilada es una planta verde y saludable, en las macetas con altas concentraciones de paracetamol casi no se ven hojas verdes. Del maíz con la mayor concentración de la sustancia han quedado solo tallos secos.El equipo del profesor Hnilička también investiga cómo el paracetamol afecta la cantidad de agua que el maíz puede absorber. El medicamento parece tener un efecto similar a la sal, prosigue el profesor.
“Es una característica secundaria. Cuando el contenido de sal en la tierra es demasiado alto, la planta no es capaz de absorber agua y se seca como si no lloviera en absoluto, aunque tenga agua. Un fenómeno similar ocurre con altas concentraciones de sustancias nocivas en la tierra”.
En la próxima fase de la investigación, el profesor Hnilička planea averiguar dónde se acumula el contaminante en la planta. Los resultados se darán a conocer en otoño de este año.