Las relaciones entre Bohemia y la península ibérica son milenarias
Un reciente estudio checo-español revela nuevas evidencias del contacto entre Bohemia y la Península Ibérica que datan hasta del siglo V d. C.
La investigación muestra que las relaciones entre Europa Central y el Mediterráneo occidental datan de una época temprana, de finales del Paleolítico, y se desarrollan de forma interesante, según afirmó para Radio Praga Internacional uno de los autores del estudio, el arqueólogo e investigador Jaroslav Jiřík.
“Unas relaciones interesantes datan de finales de la Edad del Bronce, aproximadamente 1.000 años a. C. Las fuentes arqueológicas nos revelaron que la zona norte de la Península Ibérica estuvo influida por la cultura de los campos de urnas que procede de Europa Central y la conocemos también de Bohemia”.
Esta curiosa relación está explicada en el estudio del lingüista de origen alemán Ulrich Schmoll, quien registró en 1959 dos dialectos indoeuropeos en la zona de las actuales regiones españolas de Asturias y Galicia, situadas en el norte de la Península Ibérica, explica Jiřík. 0 “Estos dialectos no pertenecen ni a lenguas celtas ni germánicas, son idiomas autónomos que se relacionan más bien con las lenguas itálicas como el idioma umbro de la península de Istria. Al parecer, en esta época, la población entraba en contacto con grupos de bárbaros centroeuropeos”.Uno de estos contactos se dio probablemente durante las Guerras Púnicas que enfrentaron entre los años 264 a. C. y 146 a. C. a dos potencias del Mediterráneo occidental: Roma y Cartago.
Un poco de Cartagena en Moravia
De la época del segundo de estos conflictos armados, conocido por la invasión de Aníbal durante la que cruzó los Alpes con sus elefantes de guerra, datan unos hallazgos curiosos encontrados en el territorio de la actual República Checa.“En la invasión participaron las tribus celtas centroeuropeas. En la localidad de Němčice, situada en la región de Haná, en Moravia, fueron descubiertas monedas de Cartagena del siglo III d. C. Aunque indirecta, es una muestra interesante de los contactos”.
Jaroslav Jiřík realizó su estudio histórico en el marco de su especialización académica que se enfoca en la Edad Antigua. Para ello contactó al arqueólogo español Joan Pinar Gil a quien había conocido en una conferencia sobre los bárbaros en la ciudad checa de České Budějovice, explica.
“Escribimos dos artículos en los que resumimos nuestros conocimientos de fuentes escritas de la literatura de la antigüedad y fuentes arqueológicas de los últimos cien años. El estudio se inició en 2013 con motivo de una conferencia en Toulouse, Francia. La conferencia estuvo dedicada al aniversario de la entrada de los visigodos a Toulouse”.
Para descubrir los contactos entre Europa Central y Occidental, los investigadores acudieron a fuentes relacionadas con las raíces de los visigodos en Aquitania y el norte de España, además de investigar las zonas de Europa Central y Europa del Este. En esta última se centraron especialmente en la cultura de Cherniajov en la actual Ucrania, Moldavia y el sur de Rusia y en la cultura Przeworsk de Polonia, prosigue el arqueólogo.“Miramos la problemática desde el punto de vista global en el contexto europeo. Lo importante es que sepamos que los godos después de la invasión de los hunos atravesaron el Danubio y entraron en el territorio romano en la península Balcánica. Tras la derrota del Ejército del Imperio romano, que se dio en el 378 en Adrianópolis, en la actual Turquía, los grupos bárbaros se asentaron allí y recibieron el estatuto de foederati”.
Cultura foederati en gran parte de de Europa
Muchas muestras de la cultura foederati se descubrieron en la cuenca del río Danubio. Se trataba especialmente de broches, hebillas y artefactos militares. Estos hallazgos muestran un sincretismo de la cultura bárbara y la romana, ya que se fabricaban en talleres romanos pero según el estilo bárbaro.
La cultura foederati se extendió también a Europa Occidental, a la zona de Aquitania e Hispania del norte, a donde habían llegado los visigodos. Por su parte, también hay interesantes hallazgos encontrados en el territorio de la República Checa.
“Se trata del génesis del grupo de Vinařice en Bohemia. Es un conglomerado de necrópolis y asentamientos. La primera necrópolis encontrada en los años 70 del siglo XIX en la localidad de Vinařice, cerca de Praga, ofreció un material interesante que arrojó luz en la relación con la zona de la cuenca del Danubio y la cultura foederati. Con la llegada de una parte de nueva población se fundaron cementerios nuevos, que no son de campos, es decir, de incineración, sino de inhumación. Resulta que se cambió el ritual funerario. Aparecieron también hebillas y otros artefactos de la cultura foederati, así como cerámica y monedas romanas, lo que demuestra que esta gente estaba relacionada con el Imperio romano, tal vez eran mercenarios”.Como arqueólogo, Jaroslav Jiřík participó también en las investigaciones de una necrópolis descubierta en el barrio de Zličín en Praga. Se dieron cuenta de que pese a las investigaciones anteriores, el lugar guardaba muchos secretos.
“Las investigaciones de Zličín muestran que antes del descubrimiento desconocíamos muchas cosas. Es que muchas necrópolis fueron investigadas en el siglo XIX, cuando los métodos no eran perfectos, y por ello perdimos muchos hallazgos. Como, por ejemplo, el fenómeno de los nichos en las tumbas situados encima de la cabeza de los sepultados, en las que se encuentran vasos de vidrio y de cerámica. Puesto que proceden del siglo V, podemos considerar que se trataba de rituales vinculados con el cristianismo. Es una muestra indirecta de la cultura material y espiritual”.
Estos vasos con elegantes formas típicas del Imperio romano y sus regiones, como la cuenca del Danubio, el Rin o el Levante, se encuentran en las colecciones en el Museo de la Capital de Praga y en el Museo Nacional.
Jaroslav Jiřík y Joan Pinar Gil preparan para el próximo año 2020 un proyecto que entablará con sus estudios anteriores y en el que seguirán observando la problemática de relaciones y contactos entre Europa Central, incluida Bohemia y Moravia, y el Mediterráneo occidental a finales del siglo V y principios del siglo VI.