Jan Ladislav Dusík, el que hizo cantar al piano
A lo largo de toda Europa, desde Inglaterra hasta Rusia, Jan Ladislav Dusík despertaba la atención del público y de sus coetáneos con su arte de tocar el piano y sus escándalos amorosos. Sus composiciones para piano anuncian romanticismo. Dusík es considerado como predecesor de Chopin y Liszt.
Dusík era un excelente pianista. Su interpretación encantó al conde holandés Männer de tal manera que le ofreció empleo en su país. Dusík dio conciertos en Amsterdam, La Haya y otras ciudades de Holanda.
Después de perfeccionar en Hamburgo su arte de tocar con el mejor maestro de piano, Carl Philipp Emanuel Bach, el segundo hijo del compositor Johann Sebastian Bach, y ofrecer varios conciertos en Berlín, Dusík se trasladó a San Petersburgo, en Rusia. Allí cosechó éxitos en los salones de la nobleza, incluso la misma zarina Catalina la Grande le aplaudía.
Según cuenta una anécdota, un día Dusík encontró en la calle un anillo precioso. Se lo puso en el dedo y fue a dar un concierto de piano. Antes de poder entregar el anillo a la policía, fue detenido, porque la joya pertenecía al líder de una conspiración antiestatal. Ante el exilio en Siberia lo salvó el conde Radziwill que lo escondió durante los dos años siguientes en Lituania.
Al cumplir Dusík los 22 años, se instaló en París. Su fama crecía. Tenía acceso a la corte real, conviertiéndose en el músico favorito de la reina de Francia, María Antonieta. En 1788 Dusík visitó Italia, donde su hermano se desempeñaba como director de orquesta en el teatro de La Scala de Milán.
Al regresar a París, encontró la ciudad revuelta. Sus mecenas fueron arrastrados por la Revolución francesa, y Dusík prefirió trasladarse a Londres. Se llevó consigo a la esposa del compositor Juan Bautista Krumpholz, quien por consecuencia se lanzó al río Sena.
En Londres se hizo amigo del compositor italiano Domenico Corri con el que fundó una editorial musical. Dusík abandonó a la señora Krumpholz y se casó con la hija de Corri, Sofía, que era una excelente pianista, organista y cantante. Tuvieron una hija, pero el matrimonio no era feliz.
En Inglaterra Dusík editó "La nueva escuela de piano". También conoció al constructor de piano, John Broadwood, quien le confeccionó un instrumento con un rango más amplio y una sonoridad mejor. Sin embargo, la editorial de Dusík pronto se fue a la bancarrota y el compositor checo huyó de Londres, dejando a su mujer, así como a su suegro, que fue ingresado en una prisión para deudores.
Su próxima estación fue Alemania, siendo uno de los primeros pianistas que realizaron una gira artística. Se dice que Dusík fue el primer intérprete que giró el piano en el podio con el lado hacia el público para que las damas pudieran contemplar su perfil. En Hamburgo Dusík vivió una aventura con una noble que lo secuestró a un lugar en la frontera danesa donde luego vivieron juntos.
Al cabo de dos años Dusík volvió a aparecer ante el público. Visitó su ciudad natal, de Cáslav, y dio conciertos en Praga. La ejecución del piano de Dusík entusiasmó al príncipe prusiano Luis Fernando, que se llevó al compositor a Magdeburgo, pagándole honorarios muy generosos. Después de que Luis Fernando pereciera en las guerras napoleónicas, Dusík le compuso la emocionante sonata "Elegía armónica", opus 61.
Después de la muerte del príncipe, Dusík regresó a París donde trabajó para el ministro de Exteriores, Charles Talleyrand, en cuya casa realizaba espléndidas fiestas de música. Compuso la sonata titulada "Vuelta a París", cuyo último movimiento se puede interpretar como una historia musical de la Revolución francesa desde el punto de vista de María Antonieta, culminando con la caída de la guillotina y el retorno del espíritu de la reina.
Jan Ladislav Dusík compuso alrededor de 200 obras, destacando entre ellas los conciertos y las sonatas para piano, como por ejemplo el rondo "Despedida". Siendo un excelente intérprete que daba a cada tono la fuerza sonora que le correspondía, dicen de él que fue el primer artista que "hizo cantar al piano".
Jan Ladislav Dusík falleció en 1812 en Saint Germain-en-Laye, cerca de París.