¡Adiós, Shantidéví!
Zuzana Navarová fue una de las más notables cantantes y compositoras de música pop checa. Falleció el martes a la edad de 45 años afectada por un cáncer. Zuzana Navarová era una de las cantautoras más respetadas de la República Checa, ya que sus canciones estaban muy lejos de la producción comercial que domina a la música pop en diferentes partes del planeta.
El último álbum de Zuzana Navarová fue el titulado "Como Shantidéví". En el compacto actuó con su grupo internacional Koa, integrado por el acordeonista, pianista, clarinetista y cantante gitano Mário Bihári, el guitarrista de origen turco Omar Khaouaj, el contrabajo checo Frantisek Raba, y el percusionista Camilo Caller de padre peruano.
En ese se percibe fuerte influencia de la música de Europa Central y Oriental, así como de la música eslava y gitana.
En la canción "El sombrero" del mismo álbum, Zuzana Navarová escribió la letra en checo y en romaní. La compositora explicaba que la orientación hacia la música de Europa Central y Oriental y a la música gitana es lógica ya que el grupo Koa cuenta con un músico gitano, Mário Bihári.Mário Bihári nació en 1977 en la ciudad eslovaca de Malacky. Los médicos le diagnosticaron glaucoma en el ojo derecho. Posteriormente la enfermedad le afectó el ojo izquierdo y, después de sufrir un accidente, perdió la vista a los ocho años de edad.
Al frecuentar la escuela básica para invidentes en la ciudad eslovaca de Levoca, Mário Bihári, a pesar de sus problemas físicos, empezó a dedicarse activamente al deporte, practicando especialmente el atletismo.
¿Cómo le conoció Zuzana Navarová? Un director de cine rodó en el Conservatorio Jan Deyl una película sobre diez alumnos invidentes. Zuzana Navarová se enteró de que el cineasta se topó durante el rodaje con un chico muy simpático quien dijo a la cámara que le gustaría ser un músico famoso. Era Mário Bihári.
Hablando con Mario, Zuzana Navarová se enteró que el joven músico tocaba el acordeón, el piano y el clarinete. Después del primer ensayo, Mário se quedó con el grupo Koa.Entonces Koa lo integraban, además de Zuzana Navarová, el colombiano Iván Gutiérrez, el checo Frantisek Raba y el checo-peruano Camilo Caller. Koa tocaba en aquel entonces música influida por los ritmos latinos.
Uno de los álbumes mejor acogidos por el público y la crítica, es sin duda "Todos los colores", y de éste "El Sauce de Cristal" pertenece a los mejores títulos en que la canción checa da la mano a la música latinoamericana.
Zuzana Navarová brilló también en los podios de conciertos con canciones de su "Album verde". Y con los tonos de canciones en las que el idioma checo se encuentra con el romaní, el español y el inglés, y la canción popular checa se entrelaza con los ritmos latinos y con el folk.
Acompañada de los tonos de guitarra, contrabajo y tambor interpretados por el grupo Koa, Zuzana Navarová dio siempre riendas sueltas al poder de la combinación, de la mezcla.
Dejó emanar las emociones bajo la superficie de suaves melodías en canciones como "Rocío", "Para los Cisnes" y "A Deus". Las letras de sus canciones tienen humor, son de tono juguetón y motivos románticos al volar hacia las alturas de los Himalayas o soñar a la sombra de los manzanos.
El mayor éxito del disco compacto "Todos los Colores" es sin duda la canción romántica "Tashi delé", cuyo coautor es el latinoamericano Iván Gutiérrez, antiguo integrante del grupo Koa y pareja de canto de Zuzana Navarová.
El papel de Gutiérrez en dicho grupo lo desempeñó posteriormente Mário Bihári, quien diluyó en el disco la gama de los colores romaníes, sobre todo en las canciones "Dime", "Dios" y "La Piedrecita".
"La música de Zuzana Navarová es un placer porque toda la gama de colores se halla no solamente en sus canciones, sino también en el corazón de sus intérpretes", coincidieron en más de una oportunidad los críticos.
Volviendo al último disco "Como Shantidéví", cabe recordar la explicación que dio la cantante a los medios de comuncicación. Navarová dijo en una entrevista que después de haber lanzado el disco "Todos los Colores", alguien le envió un correo electrónico que decía:
"¡Canta como Shantidéví!" Zuzana no sabía qué significaba, así que investigó y descubrió que Shantidevá era el dios de la paz, y la forma femenina es Shantidéví.
Zuzana Navarová llevó el nombre en su mente durante dos años. Al utilizarlo en el título del disco, reflejó su intención de transmitir un mensaje positivo al convulsionado mundo contemporáneo
En el álbum "Como Shantidéví" destaca la presencia del cantante y músico Mário Bihári, quien compuso la canción "Bagdad", mientras que Camilo Caller musicalizó un fragmento de un viejo poema quechua, que en el disco figura bajo el título de "Gorrión hechicero".
La gama de ritmos e influencias en la obra de Zuzana Navarová fue evidentemente riquísima. En las canciones encontramos ecos del folklore gitano, folk, country, blues y el klezmer judío.
Además de cantautora, Zuzana Navarová ayudó a muchos jóvenes artistas. Gracias a su respaldo triunfó la cantante gitana Vera Bílá, que actualmente es una de las principales y más conocidas intérpretes de la música gitana tradicional. Vera Bílá es conocida a nivel europeo y ha recibido importantes premios continentales por la propagación de la música gitana.
Navarová también fue madrina artística de la joven Raduza. Fue precisamente Zuzana Navarová quien le recomendó que el instrumento ideal para la joven cantautora era el acordeón. Raduza es hoy una de las mayores revelaciones del folk checo.
Zuzana Navarová encabezaba la fundación Vida de Artista, dedicada a ayudar tanto a los jóvenes como a los artistas pensionados. Los críticos, músicos y compositores coinciden en que Zuzana Navarová era diferente, era una personalidad, una verdadera estrella y con su desaparición la música checa pierde a una de sus mejores cantautoras.