Arte mexicano en la República Checa. Artistas mexicanos cooperan con la asociación cívica checa "Jardín 2000".
Una buena oportunidad de conocer el arte contemporáneo mexicano se ofreció recientemente a los habitantes de la República Checa con la presentación en este país de la obra de un grupo de artistas de México.
Una buena oportunidad de conocer el arte contemporáneo mexicano se ofreció recientemente a los habitantes de la República Checa con la presentación en este país de la obra de un grupo de artistas de México.
La exposición "Matices y Mitos de México", presentada en las ciudades de Praga, Jeseník y Ostrava, cautivó a los checos. En el libro de visitas de la muestra fue posible leer las siguientes anotaciones: "Muy bonito todo, gracias por las extraordinarias vivencias", "Nos impresionó el rico colorido de las obras de los artistas mexicanos".
La exposición en la República Checa se hizo posible gracias a la ayuda de Radko Tichavský, cónsul checo en Monterrey y de la Agencia Fujimoto Promociones, de México, que se dedica a la promoción cultural. La obra de algunos de los artistas presentes en la muestra, la acerca Radko Tichavský.
"Diana Calvillo de Chapa es una artista muy renombrada, trabaja con aplicación de metales en combinación con pintura. Sus obras se podrían definir como una combinación de pintura y escultura. Está el joven artista, Emir Guerrero, que se dedica al arte figurativo; Marta Ruth Escobedo, es una artista también muy importante de Nuevo León que en sus pinturas entrelaza el realismo mágico con superrealismo. Es un trabajo muy intenso y con mucha búsqueda de la verdad artística. Maruca Belden representa a su vez la pintura abstracta típicamente mexicana y muy expresiva. Cabe mencionar igualmente al escultor Javier Zarazúa, en cuya obra se entremezcla el realismo con la magia. En su trabajo se inspira en los boleros, que es un género muy socorrido en la música romántica popular mexicana. Javier Zarazúa transforma los boleros en esculturas".
Elza Fujimoto, directora de la agencia mexicana de promoción artística, explicó de qué manera se había procedido para formar un representativo grupo de artistas del país azteca y presentarlos en la República Checa.
"Hicimos una selección de los artistas emergentes en el noreste de México, sobre todo de Nuevo León y fuimos conociendo el trabajo de cada uno de ellos más de cerca. Poco a poco fuimos formando un grupo de artistas cuya obra, según habíamos considerado, podía aportar algo nuevo y gustar a la opinión pública checa".
Los criterios expuestos por Elza Fujimoto sobre la búsqueda de un grupo representativo de artistas mexicanos para ser presentados en la República Checa, los completó Radko Tichavský, cónsul honorario checo en Monterrey."Bueno, hemos tratado que los artistas mexicanos que se presentaran en la República Checa, sean diferentes entre sí, que no haya una competencia en cuanto al estilo. Otro de los criterios fue que fueran artistas profesionales y que su arte fuera algo muy diferente a lo que la opinión pública checa está acostumbrada. También quisimos que la obra de esos artistas, sin ser folclórica, tuviera algo que ver con México, que reflejara algo típico de ese país, ya sea en colorido o en temática".
Once artistas mexicanos arribaron a la República Checa con motivo de la exposición. Durante una gira por el país, entre otros lugares visitaron el balneario Lázne Jeseník, en el noroeste de la República Checa, fundado en 1826 por un curandero, Vincenz Priessnitz. Los artistas fueron invitados al acto de reinauguración de un monumento al fundador del balneario Lázne Jeseník, llamado antaño Gräfenberg, y de un importante lugar que ayudará a la cura de pacientes.
De qué se trató explicó el cónsul checo en Monterrey, Radko Tichavský, quien acompañó a los artistas mexicanos durante la gira.
"Fue un yacimiento de agua, construido en el siglo XIX por los franceses en agradecimiento a Vincenz Priessnitz por sus curaciones. Presentaba un alto grado de deterioro y entonces, gracias a la contribución de un paisano checo-mexicano, Ivo Stern, cuyo padre fue médico en Gräfenberg a principios del siglo XX, se hizo posible renovar ese monumento al fundador del balneario".
En Jeseník, Moravia del Norte, se realizó también un concierto benéfico de música mexicana de salones del siglo XIX. Ante el público se presentaron los músicos Rafaela Drgácová, Kamil Dolezal y el cónsul y músico checo, Radko Tichavský. La aceptación que tuvo esta música por parte del público checo la comentó para Radio Praga, Lenka Tichavská, de la asociación cívica checa "Jardín 2000", organizadora de la actividad.
"Las reacciones del público checo fueron excelentes. Se puede decir que la música mexicana de salones del siglo XIX, llegó a estremecer los corazones de los asistentes al concierto. Además, cada composición la acercó al público el maestro Radko Tichavský, explicando todas sus connotaciones, lo cual fue muy bien recibido. Las ovaciones al final de la actividad fueron impresionantes y no tenían fin".
Los recursos recaudados en el concierto fueron destinados a la asociación cívica checa "Jardín 2000", a cuyas labores se refirió Lenka Tichavská en entrevista para Radio Praga.
"La asociación cívica "Jardín 2000" surgió en el año 1998, con el fin de atender a los ciudadanos discapacitados, concretamente a los adultos y también niños con trastornos mentales. Hasta entonces existían en la zona de Jeseník sólo establecimientos estatales que cuidaban de esas personas. Nuestro objetivo era que los ciudadanos afectados mentalmente se sintieran como en familia y ayudarles también a encontrar su lugar en la sociedad. Por ello, además de tratamientos médicos, organizamos cursos de arte-terapia, tenemos a disposición talleres de trabajo, por ejemplo, de cerámica, de tejeduría y de cestería. En ellos ofrecemos trabajo a personas discapacitadas que no encuentran empleo en el mercado laboral".
Además de trabajar, los clientes de "Jardín 2000" también se divierten, naturalmente, desarrollando sus capacidades en diversos géneros, por ejemplo, el canto.
Resultados positivos se registran también con la aplicación de arte-terapia. Este año asistió al seminario de arte-terapia en Jeseník, organizado por la asociación cívica "Jardín 2000" el joven artista mexicano, David Treviño, quien compartió con Radio Praga sus impresiones.
"Me da mucho gusto que en la República Checa se conoce arte-terapia. En México ese concepto todavía no está muy desarrollado. En cambio, cuando llegué a la República Checa, me di cuenta que muchos sabían de qué se trataba. Me llevo nuevas enseñanzas y también dejé programas interesantes de México en la República Checa. Lo que sí me costó, fue aprender el checo. Son muy pocas las palabras que logré aprender".
Lenka Tichavská, de "Jardín 2000" valoró altamente el trabajo del artista mexicano, David Treviño, con los ciudadanos discapacitados checos.
"David Treviño nos ayudó de modo significativo y las personas con las que trabajó lo querían mucho. David logró acercarse rápidamente a esas personas y ganarse, además de sus simpatías, su confianza. De manera que incluso desaparecieron por completo las barreras idiomáticas entre el artista mexicano y los clientes de "Jardín 2000". Se entendían sin palabras".
La visita de los artistas mexicanos a la República Checa culminó con la presentación de la exposición "Matices y Mitos de México". Entre los artistas representados en ella figuró también David Treviño quien, en entrevista para Radio Praga, acercó los temas de su obra.
"Es un concepto de sacrificio y ofrenda. En México la cultura del sacrificio está muy ligada. Antes se sacrificaba a las doncellas vírgenes, un sacerdote le sacaba el corazón y lo ofrendaba, para mantener contentos a los dioses. La cultura de ofrenda es muy clara en mis antepasados. Y yo veo el arte como una ofrenda, como algo para compartir. A mí me interesa que mis obras las toquen, que las vivan, que se expresen sobre ellas".
Con anterioridad, los artistas mexicanos asistieron a encuentros con colegas checos, a seminarios, visitaron museos, así como el Simposio Internacional Escultórico Landek 2004. En Ostrava - Zábreh hicieron entrega a la comunidad católica local de una obra de Laura Morales, para contribuir con "un granito de arena" a la construcción de una iglesia en esa ciudad. La obra es un óleo de gran formato que representa a la Virgen de Guadalupe.
Como indicara el cónsul honorario checo en Monterrey, Radko Tichavský, "Hasta hace poco, en la República Checa se tenían pocos conocimientos del arte mexicano. Gracias a la visita y a la presentación de la obra de un grupo de artistas del país azteca, los checos tuvieron una extraordinaria oportunidad de acercarse a las costumbres y tradiciones del pueblo de México".