Los ciudadanos aprueban, mientras que los políticos rechazan la pena capital
La última ejecución se efectuó en la República Checa hace 15 años. Sin embargo, hoy en día el 70 por ciento de los ciudadanos checos están a favor de su renovación, mientras que los políticos rechazan una idea similar.
La pena capital fue eliminada del código penal checo en 1990. En las penitenciarías checas permanecen actualmente 26 personas, condenadas a cadena perpetua por cometer asesinatos múltiples. Gran mayoría de los checos consideran estos castigos como insuficientes y abogan por la renovación de la pena de muerte.
"Claro que estoy a favor de la pena capital. Considero insuficiente encarcelar por quince años a un criminal que mató a cuatro personas. Estoy convencido que ésta es una de las razones de la creciente criminalidad en este país."
"Me resulta un poco difícil de responder, pero diría que si una persona mata no a uno, sino a dos o tres personas, no se merece nada más que la muerte."
"Estoy a favor de la renovación de la pena de muerte. La gente se vuelve cada vez más cruel. Matan y violan a niños pequeños. Yo, por ejemplo, nunca dejaría a mi novia regresar por la noche sola a casa."
La posibilidad de la renovación de la pena capital se debate en la República Checa desde el año de su abolición. Sin embargo, la vox populi topa con el desacuerdo de los políticos. Por ejemplo, el diputado del Partido Cívico Democrático, Ivan Langer, opina que la cadena perpetua es un castigo peor que la muerte. Una postura similar la defiende la ministra de Educación, Petra Buzková, quien agrega que, además, nunca se puede excluir un error de justicia. Los políticos y los diputados comunistas son los únicos que se expresan a favor de la renovación de la pena capital.