Ciencia
En esta edición abordaremos los siguentes temas: "Un robot socorrista"- "Inundación dirigida de un cine lo protegerá ante la devastación por las riadas" y "Gemelas siamesas en la historia
Un robot socorrista
El robot socorrista es capaz de medir el dióxido de carbono presente en un determinado lugar y de esta manera detectar la respiración humana. Por eso está habilitado para ayudar en la búsqueda de personas en caso de catástrofes, como terremotos, por ejemplo. Las cámaras del robot giran de la misma manera como si el escenario de la catástrofe fuese observado por un operador humano.
Los creadores del robot, alumnos y docentes de la Escuela Superior Técnica de la metrópoli morava Brno, que triunfaron con su robot socorrista en Italia, seguirán perefeccionándolo. Quieren enseñarle que grabe en su memoria el lugar donde se encuentra y de esta manera sepa autolocalizarse. Las cámaras del ingenio serán acondicionadas de manera que el robot pueda moverse en espacios cada vez más complejos.
En la República Checa el robot socorrista no tendrá oportunidad para actuar durante los terremotos ya que en este país, geológicamente estable, no se produce este tipo de catástrofes. A pesar de ello, el equipo no se quedará al margen ya que puede prestar servicios a los artificieros, socorristas, militares y policías. El robot Orpheus se presta especialmente para el reconocimiento de lugares donde peligra la vida del hombre.
Inundación dirigida de un cine
De repetirse las catastróficas inundaciones del año 2002, el ayuntamiento mandará desmontar los asientos, sacar todos los equipos y llenar el recinto con agua limpia. Opina que gracias a tales medidas los daños serán mínimos.
El jefe del departamento del medio ambiente de la alcaldía de Písek estima que la inundación dirigida es la mejor manera de proteger el patrimonio municipal. El agua limpia impedirá sencillamente que las aguas sucias de las riadas dañen el interior del inmueble.
Gemelas siamesas en la historia
En Bohemia despertó gran atención el destino de Ruzena Blazková y de su hermana Josefa, gemelas nacidas en 1889 en la comarca de Tábor, en el sur de Bohemia. Las muchachas estaban unidas por las pelvis, pero cada una tenía sus brazos y piernas.
A los padres de las chicas se dirigieron representantes de teatros de variedades de muchos países solicitando el permiso de exhibirlas como una de las maravillas de la Naturaleza. Los padres dieron su consentimiento y las gemelas siamesas checas viajaron por el mundo entero, ganando una extraordinaria fama.
Fue un bombazo cuando una de las gemelas dio a luz un niño sano. Nunca se supo quién era el padre del bebé. Las gemelas siamesas checas vivieron 33 años y fallecieron casi simultáneamente, con una diferencia de apenas unos minutos, en 1922, en la ciudad de Nueva York.
