A los niños checos les gustan los libros de aventuras y de ficción

prvnacci_psani3.jpg

Libros de aventuras, publicaciones sobre la naturaleza, cuentos de hadas y antiguas leyendas populares, es lo que más leen los niños checos. A diferencia de sus padres, a los niños checos contemporáneos no les atrae Karl May con su Winnetou. Prefieren a Harry Potter.

Un reciente sondeo de opinión realizado por la agencia Gabal Analysis and Consulting entre escolares checos demostró que los niños en este país tienen una relación positiva hacia la lectura.

Lo curioso es que los pedagogos y muchos padres se quejan de que actualmente los niños leen poco y tienen un interés mínimo en conocer las aventuras de los personajes que hace unos veinte años atrás eran los ídolos de varias generaciones.

"El que las aventuras del Lejano Oeste no les digan nada a los niños contemporáneos, no significa que no les guste leer", sostiene Ondrej Müller de la casa editorial checa Albatros, especializada en literatura infantil. "Lo que pasa es que los héroes de los niños contemporáneos son distintos a los de sus padres. En lugar de Winnetou prefieren a Harry Potter y a otros protagonistas de su edad, ya que con ellos se identifican fácilmente". Ondrej Müller afirma que los niños checos no son ninguna excepción pues el mismo fenómeno se registra en todo el mundo.

El sondeo de la agencia Gabal Analysis and Consulting aportó también otros interesantes conocimientos. Por ejemplo, que las niñas checas leen más que los varones y que el interés por un determinado título literario crece tras su adaptación cinematográfica. Se demostró igualmente que leen poco los niños que regularmente ven televisión, mientras que los que tienen una positiva relación hacia las computadoras leen bastante.

En cuanto a la popularidad de los temas entre los niños checos, indiscutiblemente gana la literatura de ficción. Se interesan también por temas de la naturaleza, cuentos de hadas y leyendas populares. Los expertos opinan que, a fin de cuentas, el temor por el futuro de la literatura carece de fundamento.