Participación en el referéndum fue mayor que en las parlamentarias

Foto: CTK

El politólogo Roman Joch destaca que la participación en el referéndum fue sorprendentemente alta, más alta que en las elecciones parlamentarias.

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"Esto significa que los ciudadanos checos han concedido al plebiscito una prioridad muy alta porque son conscientes de que se trató de una decisión que no atañe solamente un período electoral sino que el destino de la nación para muchos decenios".

Dicha postura la confirmó también el politólogo Bohumil Dolezal.

"Se ha mostrado que la mayoría de los habitantes checos son realistas que saben que con el ingreso no se convertirán automática e inmediatamente en ricos. Saben que la adhesión les abre en primer lugar grandes posibilidades y depende de ellos de cómo las aprovecharán".

Por su parte, el politólogo Rudolf Kucera destacó que se trata de un importante desafío para los que desean progresar.

"Los checos se dan cuenta de que la Unión Europea concede el mayor espacio para las libertades de la gente que quiere imponerse y alcanzar éxitos profesionales. Por otro lado, no ofrece muchas posibilidades para los que se sientan dependientes de la protección del Estado, de sus subsidios. Y finalmente, la Unión Europea es para muchos checos la garantía jurídica y judicial, representa para ellos un espacio en el que el Derecho es reivindicable y los infractores de leyes son castigados".

Roman Joch añade que los votantes checos comprendieron que decir "no" es sinónimo de aislamiento.

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"En primer lugar es una manifestación de la confianza de la nación checa en sí misma. Los checos han expresado que su posición no se verá amenazada con la entrada, que es comparable, por ejemplo, con la vecina Austria. En el resultado positivo del referéndum influyeron asimismo los plebiscitos en las vecinas Hungría, Eslovaquia y Polonia. Los checos saben que el "no" significaría su aislamiento".

El transcurso del plebiscito indica que había ciertas diferencias sociales y regionales, según señala el politólogo Rudolf Kucera.

"Las ciudades y la gente más acomodada votaron a favor en mayor medida que el campo y la gente con menos recursos financieros. Y lo que más atrae la atención es que en pro se expresaron sobre todo los jóvenes y los mayores de edad. En ambos casos es una clara apuesta por el futuro. Los jubilados dijeron "sí" en nombre del mejor porvenir de sus nietos".

Roman Joch y Bohumil Dolezal subrayan que se trata de las generaciones que nacieron en los años veinte y treinta, es decir, en la Checoslovaquia libre y democrática y más tarde vivieron en carne propia las consecuencias devastadoras que han tenido para el país los regímenes totalitarios, el nazismo y el comunismo. Su voto a favor es la esperanza de que la democracia se afiance para siempre en este país.

"Un número ligeramente mayor de los detractores del ingreso es de edad mediana. Es la gente que nació y vivió gran parte de su vida bajo el régimen comunista y teme no estar en condiciones de repeler la fuerte competencia que reina en la Unión Europea", puntualiza el politólogo Roman Joch.