Vítezslava Kaprálová, compositora checa cuya estrella no logró brillar plenamente
El 14 de junio de 1940 la radio anunciaba la entrada de los ejércitos nazis en París y al sur de Francia, en la ciudad de Montpellier, llegaba a su fin la vida de una de las más destacadas artistas checas, la compositora y directora de orquesta, Vítezslava Kaprálová. Durante una guerra empezó su vida y durante otra concluyó. Tenía tan sólo 25 años.
La vida de hijos de artistas no suele ser nada fácil. Vítezslava Kaprálová nació en la ciudad morava de Brno, el 24 de enero de 1915, en la familia del compositor y pianista, Václav Kaprál, alumno del compositor Leos Janácek, y de la cantante Viktorie Kaprálová. Desde muy pequeña Vitulka, como llamaban cariñosamente a Vítezslava, estaba frecuentemente enferma. Sus padres, siempre ocupados, la dejaban a menudo sola en casa y a veces incluso se les olvidaba darle de comer.
Todo el día rodeaba a la niña la música de su padre y el canto de su madre. Le gustaba situarse junto al piano y observar como el padre tocaba y componía. Los padres no prestaban al interés de la niña mucha atención a pesar de que ya a sus 9 años escribió sus primeras composiciones breves.
Ante todo el padre no deseaba que la hija siguiera sus pasos. Pero el empeño de Vítezslava era más fuerte. Sin que lo supiera su padre, Vitulka se presentó en el conservatorio de Brno y aprobó los exámenes de ingreso.
Las puertas a la carrera artística de Vítezslava Kaprálová se abrieron. La sutil estudiante decidió dedicarse a la composición y la dirección, especialidad que ha sido y sigue siendo dominio de los hombres, y pronto demostró a los profesores su gran talento.
Su concierto de fin de estudios, celebrado en Brno el 17 de junio de 1935, lo elogiaron todos los periódicos. Fue la primera vez que detrás del atril se presentaba ante el público una mujer. Vítezslava Kaprálová dirigió la primera parte de su concierto para piano.
Kaprálová prosiguió sus estudios en Praga, la composición era enseñada por el compositor Vítezslav Novák y la dirección por el renombrado director de orquesta, Václav Talich. La talentosa y aplicada alumna se ganó las simpatías de sus profesores, pero ello no significaba que le perdonaran algo. Kaprálová se quejaba a menudo de que tenía que recomponer sus piezas varias veces.
En 1937 fue estrenada en el palacio praguense de Lucerna bajo la batuta de la autora su Sinfonieta Militar interpretada por la Filarmónica Checa. Fue un concierto extraordinario si se toma en consideración que la orquesta era un cuerpo musical exclusivamente masculino que se negaba a incorporar a sus filas a una violinista. En el estreno de la Sinfonieta Militar estuvo presente asimismo el presidente de la República Checoslovaca Edvard Benes.
Al decidir la joven artista sobre cómo continuar su carrera tuvo lugar un encuentro que determinó el rumbo de su futura vida. En abril de 1937 Vítezslava Kaprálová conoció al compositor checo Bohuslav Martinu. El Maestro la disuadió de sus planes de irse a Viena y la convenció de que solicitara una beca para poder matricularse en la famosa École Normale de Musique de París y tomar clases con el renombrado director de orquesta Charles Munch.
Kaprálová nunca logró dominar bien el francés y con agradecimiento aceptó la oferta de Martinu de que él mismo le enseñara la composición. Bajo su tutela surgió una de las obras más significativas de Kaprálová - Partita para orquesta de instrumentos de cuerda y piano.
Entre tanto la relación, tanto artística como personal, entre los dos compositores se profundizaba. En julio de 1938, Martinu visitó la residencia veraniega de la familia Kaprál en el pueblo de Tri Studne, en la frontera checo-morava. Fue un verano lleno de alegría y satisfacción para los dos, el maestro y la alumna. Poco antes Kaprálová había triunfado en el festival internacional de música en Londres donde dirigió su Sinfonieta Militar interpretada por la Orquesta Sinfónica de la BBC. La compositora checa, de 23 años de edad entonces, fue la directora de orquesta más joven que participó en el festival.
El verano de 1938 fue el último que Vítezslava Kaprálová pasó en su patria. Tras ser firmado el Tratado de Munich el 30 de septiembre de 1938, Checoslovaquia tuvo que ceder las regiones fronterizas. En enero de 1939, Kaprálová regresó a París donde volvió a encontrarse con Bohuslav Martinu.
El 15 de marzo de 1939 ejércitos de ocupación de la Alemania nazi entraron en el territorio checo. Checoslovaquia se convirtió en el Protectorado de Bohemia y Moravia, y Eslovaquia se independizó, el camino de regreso a la patria se cerró.
Cuantas más preocupaciones acongojaban a Vítezslava Kaprálová, con tanto mayor fervor se dedicaba a la composición. En París surgió una de sus piezas más originales - Variaciones sobre las campanillas de la iglesia de Saint-Etienne du Mont. "No queda sino buscar lo bueno con los ojos abiertos y templarse con lo malo, estar agradecida por la belleza que nos rodea, y también por el dolor", escribió en una carta a su madre.
Para las Navidades de 1939 compuso para las transmisiones checas de la Radiodifusión Francesa un Preludio de Navidad. El 24 de abril de 1940 Vítezslava Kaprálová se casó con el escritor Jirí Mucha, hijo del famoso pintor checo Alfons Mucha. Pero la enfermedad ya no le dejó mucho tiempo para disfrutar de la felicidad. Apenas dos meses después la guerra la expulsó de París y el 16 de junio de 1940 murió en un hospital de Montpellier.
" ... sólo una pregunta me ha perseguido hasta hoy. ¿Por qué el destino le dio tanta energía y tantos dotes extraordinarios y por qué no le dio la oportunidad de poder aprovecharlos? A esta pregunta, creo, nunca recibiré respuesta", expresó con tristeza en 1947 el compositor Bohuslav Martinu.