Jan Kubesa: el criador checo del paso fino colombiano
El paso fino colombiano es una raza equina, descendiente de los caballos beréberes que Cristóbal Colón trajo a Santo Domingo durante su segundo viaje al Nuevo Mundo en 1493. Por sus cualidades y carácter se le apoda el "Rolls Royce del mundo hípico". En la República Checa hay solamente dos ejemplares, criados por Jan Kubesa, que conoció estos caballos precisamente en Colombia donde vivía y trabajaba.
"La primera experiencia que vale la pena anotar fue en la hacienda El Triunfo, en Honda, que es una hacienda de diez mil hectáreas. Allí nos prestaron unos caballos que trabajaban con el ganado. Y ninguno de nosotros sabía montar a caballo, simplemente nos los trajeron y dijeron: Pruébenlo. Estuvimos encantados por lo obediente y cómodo que era el paso fino. Los niños lo montaron sin problema, mi hija de seis años empezó a galopar sin miedo. Nos pareció lo más natural estar en la silla.
Por ello empecé a buscar más oportunidades de montar el paso fino y creo que fui muy afortunado porque conocí a la gente top, digamos, que se dedican a la cría. Sobre todo quisiera dar las gracias al señor Rodrigo Jiménez, de Medellín. Nos conocemos por el banano, que tiene su criadero donde yo tuve la oportunidad de montar uno de los mejores machos del paso fino, Reflejo de la Estancia, hijo de Capuchino. Tuve la oportunidad de montar también un excepcional troche y galope, Imperio, que se ubicó segundo en la última carrera mundial, y muchos otros caballos de paso fino.
Pues puedo decir que tengo cierta experiencia. Escogí el paso fino colombiano como el mejor para mí, pese a que me gusta mucho también el troche y galope. Y ahora estoy tratando de aprender la chalanería colombiana que es tan importante como el caballo mismo. Es el arte de montar y educar el caballo".
"Después de regresar a la República Checa, quisimos seguir montando a caballo. Visitamos unos clubes pero pronto nos dimos cuenta de que no hay caballo como el caballo. Y como el café de Colombia es el mejor del mundo, el paso fino colombiano es el mejor del mundo: firmado por parte mía. Y lo digo después de haber comparado muchas razas equinas tanto europeas como norteamericanas".
¿Por ello decidió criar el paso fino colombiano en la República Checa?
"Bueno, la culpable es mi hija porque me dijo: Papi, si vamos a montar, tiene que ser un paso fino. Me tomó varios años transportar un paso fino a la República Checa y el año pasado, por fin, pude cumplir con el deseo de mi hija. Ahora tengo una pareja, Bonachón del Rey y la potranca Islera de Gavilan. Al Bonachón del Rey ya lo montamos, lo compré salvaje y lo eduqué yo".
El adiestramiento de Islera del Gavilan, de tres años, empezó en enero y Jan Kubesa se muestra muy satisfecho con ella. Subraya que lo que más le gusta en el paso fino colombiano es su nobleza y a la vez su carácter brioso. "Lo pueden montar fácilmente los niños y es muy cómodo, uno puede quedarse en la silla todo el día y no se cansa", matiza Jan Kubesa y puntualiza que admira en esta raza equina también la increíble resistencia que heredó de sus antepasados.
Y ustedes, queridos oyentes, ¿han tenido la oportunidad de montar el paso fino colombiano?