Hace 55 años los comunistas cambiaban el rumbo del país
Este martes, 25 de febrero, se cumplieron los 55 años del golpe de Estado comunista en Checoslovaquia. Los archivos hasta hace poco rigurosamente secretos, desvelaron que las cartas que debían decidir sobre el futuro de checos y eslovacos habían sido echadas mucho antes.
"Acabo de regresar del Castillo, de la sede del Presidente de la República. Puedo deciros que el señor Presidente aceptó todas mis propuestas exactamente cómo yo las presenté", anunciaba el 25 de febrero de 1948 el líder comunista, Klement Gottwald, a la muchedumbre reunida en la céntrica Plaza de la Ciudad Vieja de Praga.
A la luz de las nuevas investigaciones parece inútil seguir preguntándose por qué el entonces presidente checoslovaco, Edvard Benes, cedió sin más a las exigencias de Gottwald.
Los archivos demuestran que ya en el otoño de 1947 los comunistas se habían hecho dueños de los servicios secretos y de la policía.
Los documentos descubiertos describen detalladamente los planes de provocaciones, chantaje y otros actos ilegales preparados por el Partido Comunista y dirigidos contra sus llamados "enemigos". Los miembros del Partido estaban a salvo. Una orden confidencial prohibía a la policía secreta detenerlos.El documento principal que ordenaba averiguar a través del Ministerio de Hacienda la situación financiera de todos los representantes políticos significativos fue firmado en agosto de 1947. El guión para la toma del poder estaba elaborado. Los documentos, después de haber sido leídos, debían ser destruidos.
Desde la caída del comunismo transcurrieron más de 13 años y los comunistas vuelven a pesar en el tablero político. Después de las últimas elecciones entraron en las alcaldías de varias de las mayores ciudades del país ocupando cargos decisivos. En la Cámara Baja ocupan casi la cuarta parte de los escaños. Y sus votos pesan. Este viernes podrían decidir sobre la elección de presidente de la República, si éste es elegido en la ya tercera ronda de la votación parlamentaria.