Ciencia

Foto: Florent Pécassou, Creative Commons 3.0

En esta edición les hablaremos del estremecedor destino de la cigueña negra Catalina, abatida por cazadores en Paquistán. Se enterarán también de que en la República Checa fue implantado un marcapasos a una burrita de ocho meses.

La cigueña negra Catalina pereció en Paquistán

Cigueña negra,  foto: Lukasz Lukasik,  Creative Commons 3.0
La expedición checa Nueva Odisea viajó recientemente a Paquistán para averiguar el destino de la cigueña negra Catalina...

En el verano del año pasado, expedicionarios checos equiparon en Siberia a Catalina y a dos cigueñas más con mochilas que contenían radioemisores. Las señales emitidas regularmente por los radioemisores permitían verificar vía satélite dónde se econtraban las aves y cuáles eran sus rutas migratorias.

Catalina fue anillada y equipada con la mochila a orillas del río siberiano Ob. La cigueña se dirigió después a la China Occidental. A mediados de diciembre logró cruzar la cordillera de Kunlun y la del Karakorum de la que forma parte la segunda montaña más alta del mundo, la cumbre K2. Los ornitólogos checos lo consideraban una extraordinaria hazaña.

Todo indicaba que la cigueña pasaría el invierno en Paquistán o en la India. Pero de repente las señales transmitidas por el radioemisor de la mochila de Catalina revelaban que la temperatura del equipo era muy baja. Los ornitólogos checos se estremecieron: era un indicio de que la cigueña había perecido.

Con ayuda de protectores de la naturaleza de Paquistán, los ornitólogos checos averiguaron que la cigueña Catalina pereció en enero pasado en la parte paquistaní de Cachemira. A principios de febrero la expedición checa llegó a lugares que habían sido fatales para Catalina. Para encontrarlos les sirvió perfectamente un detallado mapa elaborado hace veinte años por los rusos para una eventual invasión a Paquistán.

A orillas del río Indo, en la falda de la montaña de Nanga Parbat, los ornitólogos checos recuperaron el radioemisor que había portado Catalina.

La cigueña había sido abatida por cazadores locales, cerca de la ciudad de Chilas. Se la comieron como patos y otras aves que suelen cazar.

Las negociaciones sobre la entrega del radioemisor en un caserío a orillas del Indo no fueron nada fáciles. Los habitantes de la región son muy independientes y orgullosos. Los expedicionarios checos, acompañados por protectores de la naturaleza paquistaníes, tuvieron que proceder con mucho tacto para no herir su orgullo. Les exhibieron incluso un vídeo grabado en Siberia y en el que se veía como las cigueñas eran equipadas en Siberia con sus mochilas.

Los cazadores dijeron que no sabían que se trataba de un ave tan valiosa y prometieron que no volvería a ocurrir. ¿Cumplirán su promesa?

A una burrita de ocho meses fue implantado un marcapasos

Foto: Ropaolo,  Creative Commons 3.0
Y después del estremecedor destino de la cigueña Catalina les hablaremos de un tema más alentador. Los médicos de la Universidad Veterinaria y del Hospital Universitario de Santa Ana de la metrópoli morava de Brno acaban de realizar una original intervención quirúrgica:

A la burra Rebeca, de ocho meses de edad, que padecía trastornos cardíacos, le implantaron un marcapasos. Antes de la intervención, la burrita perdía la conciencia varias veces al día. Rebeca se sometió a un chequeo y los veterinarios detectaron que sus problemas se debían a un trastorno del sistema cardiovasvular que podía ser tratado tan sólo con un marcapasos.

Foto: Florent Pécassou,  Creative Commons 3.0
La implantación de un marcapasos es más corriente en perros, en caballos esta operación es poco frecuente. La implantación del marcapasos a la burra Rebeca es la primera de su género realizada en la República Checa. Los veterinarios colaboraron por eso con médicos del Hospital Universitario de Santa Ana.

Debido a las complicaciones, la burrita tuvo que someterse a tres operaciones, cada una de dos horas de duración. Con el marcapasos implantado, Rebeca será chequeada cada tres meses y cada dos años le cambiarán las pilas. Así podrá dar alegría por muchos años a los niños, pacientes oncológicos del hospital de la ciudad de Trebíc que posee un minizoo que ayuda a los pequeños a sobrellevar su difícil situación.