Ciencia

El oyente Florencio Arteaga López de Málaga, España, nos envió un comentario muy interesante sobre nuestro relato que describía el trágico fin de la cigueña negra Catalina, abatida por cazadores en Pakistán. En esta edición retomamos el tema de las rutas migratorias de cigueñas negras que estudió en el marco del proyecto Nueva Odisea un equipo de la Radiodifusión Checa y del Parque Zoológico de la ciudad checa de Chomutov.

¿Cuáles con las rutas migratorias de las cigüeñas negras de Siberia? ¿Dónde pasan el invierno?, ¿A qué peligros hacen frente en sus viajes y en los lugares donde hibernan?

A todas estas interrogantes se proponía responder el proyecto Nueva Odisea, en cuya implementación tomó parte una expedición de la Radiodifusión Checa y del Parque Zoológico de Chomutov. El comienzo de la Nueva Odisea fue exitoso. En julio del año pasado la expedición capturó en Siberia, a orillas del río Ob, a tres cigüeñas negras. Fueron bautizadas con nombres de miembros de la familia Romanov de los zares rusos: Roman, Catalina y Pedro.

Los expedicionarios les colocaron en la espalda mochilas con radioemisores. Las cigüeñas pudieron iniciar su largo camino que el equipo checo seguía a través de las señales transmitidas por los radioemisores a un satélite. Lamentablemente, para dos de las cigüeñas su viaje terminó prematuramente. El macho Pedro fue abatido en Afganistán, Catalina en Pakistán.

Aún así, el seguimiento de las cigüeñas negras vía satélite y después el viaje en búsqueda de sus huellas proporcionó muchos conocimientos sorprendentes.

La cigüeña Roman, quizás la única ave del proyecto que permanece viva, logró llegar desde Siberia a Turkmenistán. A los ornitólogos les sorprendió la velocidad con que se desplazaba a Turkmenistán - una vez Roman superó en un sólo día la distancia de 560 kilómetros. A los científicos les causó sorpresa el que la cigüeña al cabo de 11 días de vuelo recalara en Turkmenistán y no prosiguiera su viaje.

De la misma manera, aunque en otras latitudes, se había comportado hace años la cigüeña David, seguida en el marco del proyecto Odisea Africana. David se quedó en España y no voló hacia África. A Roman le agradó Turkmenistán.

Menos directa y menos afortunada fue la trayectoria que eligió la cigüeña Pedro. Tras realizar tres escalas en Kazajstán llegó en 44 días a Turkmenistán, después tomó rumbo al sur, al interior de Afganistán. En el segundo intento de sobrevolar el macizo de Hindu-Cuch, situado entre Pamir y la cordillera de Kunlun, la cigüeña pereció. Todo indica que fue abatida por cazadores.

La expedición checa tuvo que desistir de la búsqueda del radioemisor de la cigüeña abatida ya que se encontraba en un terreno minado en Afganistán. Tras conversar en un pueblo de montaña con un joven que hablaba árabe y tenía visos de ser miembro de Al-Qaeda, los expedicionarios checos prefirieron retirarse.

El viaje de la cigüeña Catalina terminó prematuramente en la parte norteña de Pakistán donde fue abatida por cazadores. Los naturalistas checos verificaron en el escenario de la tragedia que Catalina sobrevoló la cordillera de Karakórum con un pequeño bando de cigüeñas negras. Su trayectoria no fue casual ya que por el desfiladero de Kunjarab por el que había pasado, conduce una importante ruta de aves migratorias.

La historia de la cigüeña Catalina despertó un vivo interés de los protectores de naturaleza pakistaníes cuya organización empezó a preparar el monitoreo de las rutas migratorias de aves en el norte del país.

El proyecto Nueva Odisea, cuyo objetivo es seguir la vida de cigüeñas negras en Siberia, proseguirá. Este año el equipo de la Radiodifusión Checa y del Parque Zoológico de Chomutov planea retomar el estudio de las migraciones de las cigueñas y equiparlas con radioemisores más pequeños y más ligeros.