Activistas austríacos bloquearán las fronteras checas
Los adversarios austríacos de la central electronuclear de Temelín, en Bohemia del Sur, se preparan para reanudar esta semana el bloqueo del paso fronterizo Dolní Dvoriste- Wullowitz. Con el bloqueo quieren conseguir que los políticos autríacos impongan la reapertura del capítulo energético antes del ingreso de la República Checa en la Unión Europea.
Retenciones de vehículos, conductores nerviosos, pasiones nacionalistas en ambos lados de la frontera y una ruptura diplomática en el ámbito europeo: éstos fueron los resultados de los bloqueos de fronteras que iniciaron hace dos años los adversarios austríacos de Temelín. Hay muchos indicios de que la situación en las fronteras checo-austríacas pueda repetirse.
La Plataforma contra el peligro nuclear de Alta Austria anunció que este miércoles iniciaría un bloqueo permanente del paso fronterizo Dolní Dvoriste-Wullowitz. Los activistas quieren convencer a su propio gobierno que en la próxima cumbre de la Unión Europea en Copenhague vuelva a abrir la cuestión de la central eletronuclear de Temelín y obligue al gobierno checo a cerrar la planta o a reconstruirla.
La presidenta de la mencionada iniciativa antinuclear Mathilde Hall declaró que el objetivo del bloqueo es conseguir que los políticos austríacos logren la reapertura del capítulo energético antes del ingreso de la República Checa en la Unión Europea.
El 12 de diciembre comienza en Copenhague la cumbre que, según todo indica, confirmará que la Unión Europea está lista para admitir a nuevos miembros, incluída la República Checa. Después ya será tarde para las objeciones. Los activistas antinucleares aprovechan la última oportunidad para protestar contra Temelín, aunque es improbable que los políticos austríacos vuelvan a abrir esta cuestión. El ministro austríaco de Medio Ambiente, Wilhelm Molterer, declaró ya hace un mes que la República Checa cumple los acuerdos sobre la seguridad de Temelín concertados en Bruselas y en Melk.