El compositor Julius Fucík, autor de inmortales marchas y valses
En esta edición les ofrecemos la semblanza del compositor checo, Julius Fucík, cuyas marchas y valses siguen siendo extraordinariamente populares. El compositor se desempeñó como director de orquestas militares en el ejército austro-húngaro.
Julius Fucík nació en Praga en 1872. Desde su infancia se interesó por la música y a los 12 años ya frecuentaba el conservatorio de la capital checa. Tras concluir el curso de violín, frecuentó el de fagot y en poco tiempo se convirtió en uno de los mejores fagotistas checos.
Julius Fucík concluyó sus estudios musicales en 1891 en la clase de composición de Antonín Dvorák. En cierta oportunidad, cuando Julius Fucík interpretó ante el maestro Dvorák su "Obertura Dramática", el célebre compositor le vaticinó que un día sería director de orquestas militares
Antonín Dvorák acertó. Sin embargo, además de dirigir bandas militares, Julius Fucík sería autor de 320 composiciones, entre marchas, valses, oberturas, composiciones orquestales, obras de cámara,canciones, corales y música sacra.
Terminados en 1891 los estudios en el conservatorio de Praga, Julius Fucík se desempeñó durante tres años como fagotista en bandas militares en Krems y Viena. En aquella época las tierras checas formaban parte del imperio austro-húngaro, y ello explica la destinación de Fucík a ciudades austríacas.
Cumplido el servicio militar, Fucík regresó a Praga donde fue contratado como fagotista por el teatro alemán. En 1895 actuó brevemente en la orquesta teatral en la capital croata Zagreb también como fagotista. Simultáneamente se desempeñó como director de la orquesta municipal y de dos corales croatas.
Julius Fucík fue nombrado en 1897 director de la orquesta militar en Sarajevo, capital de Bosnia y Herzegovina, que en aquella época formaba parte del imperio austro-húngaro.
En Sarajevo Julius Fucík empezó su brillante carrera de compositor...aunque su debú como tal no fue precisamente alentador. Y es que la banda militar que dirigía se negó a interpretar la primera marcha compuesta por él. Julius Fucík no se dejó amilanar y pronto sus composiciones alcanzaron una extraordinaria popularidad.
Al escuchar la música de Julius Fucík nos sorprende la riqueza de los motivos. Fucík es original en cada composición. Un día escribió una composición para fagot, titulada "El viejo gruñón". En una conversación se le escapó a Julius Fucík que para componer la obra le inspiró "el viejo", o sea, el comandante del regimiento.
El comandante se enteró y encolerizado llamó a Fucík para pedirle explicaciones. El compositor confesó que efectivamente había escrito tal obra, pero que en ella no ponía en ridículo a nadie. Al contrario. De la composición emanaba una apacible jovialidad y bondad, argumentaba el autor.
La ira del coronel se aplacó un tanto y el oficial rezongó:"¡Veremos! La escucharé y después..." No concluyó la frase e hizo un gesto amenazador.
Al día siguiente el comandante escuchó la composición "El viejo gruñón". Mandó llamar a Fucík y tendiéndole la mano dijo:"Fucík, Ud. es un colosal maestro. Por los gruñidos podría ser yo, pero si en realidad gruñera tan melodiosamente, los soldados no me obedecerían."
En 1900 Julius Fucík fue destinado a Budapest donde dirigió durante diez años orquestas militares. Después se trasladó a Terezín, al norte de Praga, donde dirigía la orquesta del regimiento local.
La orquesta logró tanta popularidad que Fucík actuaba con ella en conciertos en Berlín. En 1913 abandona el servicio militar y funda en la capital alemana su propia editorial musical y una orquesta. Más adelante se dedicaría solamente a la dirección de su orquesta y a la composición.
Julius Fucík fallece repentinamente en 1916, a la edad de 44 años. A través de su melodiosa música nos llegan hasta el día de hoy los ecos de la "belle époque" que ya no volverá, pero que seguimos añorando en nuestro trepidante siglo 21.