Operaciones del ojo con láser
¿Son miopes y no les gusta llevar gafas porque les provocan dolor de cabeza o se les nublan? Tienen dos posibilidades: u optar por lentes de contacto o someterse a una operación del ojo con láser que corrija su miopía. La cirugía refractiva empezó a practicarse en la República Checa a principios de los años noventa y, desde entonces, miles de los checos se han hecho corregir la visión, entre ellos Radka y Jirí. ¿Están satisfechos con el resultado?, es el tema de esta edición.
"Tuve problemas, sobre todo cuando dejaba de leer y levantaba la vista. Pese a tener las gafas, no veía claramente, porque el cristalino no se acostumbraba tan rápido al cambio. Pero el momento decisivo que me convenció de la necesidad de someterme a la operación llegó cuando empecé a trabajar en el ordenador. Esto fue en 1996. Mirar todo el día la pantalla me provocaba muy a menudo insoportables dolores de la cabeza".
¿Se informó de antemano sobre los posibles riesgos de la intervención?
"Sí, por supuesto. Y resultó que la única objeción grave era el hecho de que las operaciones de ojo con láser se hacían desde hacía muy poco tiempo y nadie sabía qué pasaría con la visión corregida dentro de treinta o cincuenta años. Pero mi anhelo de ver sin gafas y deshacerme de todos los problemas era más fuerte".
Radka dice que no sufrió complicación alguna después de la operación.
"Claro que durante las primeras horas después de la intervención tuve una sensación como de que mi ojo no fuera mío, pero no sentí ningún dolor. El médico me prescribió los analgésicos y me advirtió que sobre todo por las noches podría sufrir dolores, pero, como digo, no fue así. Y claro está, en los primeros días veía de manera muy nublada. Tuve que guardar cama dos días y no exponerme a la luz del día".
Radka agrega que al cabo de una semana, el médico le sacó del ojo los lentes que en estos casos se suelen poner para impedir una eventual inflamación y desde entonces vio sin problemas. Un año más tarde se hizo corregir la miopía en el otro ojo. Hoy está muy satisfecha y feliz y afirma que si tuviera que volver a decidirse, nuevamente se sometería a esta operación.
El señor Jirí dice que además de tener siete dioptrías en el ojo derecho y cuatro en el izquierdo, sufría también astigmatismo.
Jirí señala que primero se hizo corregir la miopía en el ojo derecho. La intervención salió muy bien, sin complicaciones ni dolores, y los médicos lograron eliminar todas las siete dioptrías.
"Luego me operaron el ojo izquierdo. Tuve que someterme a dos intervenciones, en la primera eliminaron el astigmatismo, en la segunda trataron de quitarme la miopía. Esta vez me sentí muy mal después de la operación, estaba muy cansado. Desgraciadamente, aunque los médicos redujeron las cuatro dioptrías, tras varios años volvieron".
Pese a ello, Jirí está satisfecho con el resultado, porque su estado de visión es mucho mejor de como estaba antes de las tres intervenciones.
Y ustedes, estimados oyentes, ¿Qué opinan al respecto?