Bula de Oro Siciliana - el documento más conocido del Archivo de la Corona Checa
El rey Premysl Otakar I, hijo de Vladislao II y de Judith de Turingia, era un gran guerrero y un político listo. Fue el primero de los soberanos checos que pudo enorgullecerse del título de rey hereditario que le fue concedido en 1212 a través de la Bula de Oro Siciliana, el documento más conocido de la historia de la nación checa. No fue, sin embargo, fácil y le costó muchos esfuerzos y también diplomacia.
Todo empezó en el momento en que murió el emperador romano-germánico Enrique VI, en 1197. Muchos aspiraban a conseguir la corona imperial. Las luchas por el trono imperial duraron 15 años.
El príncipe checo Premysl Otakar prometió apoyar en las elecciones al duque Felipe de Suevia, de apenas 20 años, hermano menor del fallecido Enrique VI. Y Felipe agradeció a Premysl Otakar su apoyo coronándolo con solemnidad rey hereditario de Bohemia en septiembre de 1198.Pero a Felipe se opuso como candidato Oto IV de Braunschweig, de sólo 16 años. Los partidarios de Oto conquistaron la ciudad alemana de Aquisgrán donde se celebraban tradicionalmente las coronaciones del emperador romano-germánico. En la catedral de Aquisgrán introdujeron a Oto llevándolo al trono de piedra de Carlo Magno. Surgió así una situación paradójica. Oto de Braunschweig fue coronado en una ceremonia regular, pero las joyas de coronación las poseía Felipe de Suevia.
Para que la situación estuviera todavía más enredada intervino en el asunto aún otra parte " Inocencio III, el "papa de los papas", un abogado erudito, excelente político, uno de los autores de la teoría sobre la soberanía del poder eclesiástico sobre el poder secular. Como la Luna toma la luz del Sol, así los soberanos seculares deben agradecer su poder a la Iglesia, afirmaba Inocencio.
El papa Inocencio III estaba decidido a hacer todo lo posible para impedir la unificación de los reinos de Alemania y Sicilia, lo que pretendía ya Enrique. Dado que Felipe de Suevia, hermano del fallecido emperador, amenazaba en mayor medida sus intereses, el papa favorecía a Oto, pero aún esperaba para poner las cartas sobre la mesa.
Pronto el Papa reconoció las cualidades del soberano checo Premysl Otakar y decidió ponerlo de su lado. Se aprovechó de un oculto triunfo. Y es que Premysl Otakar quería divorciarse. Después de veinte años se separaba de su esposa Adleta de Meissen con la que tuvo varios hijos. Se enamoró de la joven y guapa Constancia, hermana del rey de Hungría. Premysl ordenó al obispo praguense Daniel II iniciar los trámites para declarar su matrimonio con Adleta nulo por razones de cuarto grado de parentesco.
La decisión estaba en manos del papa. Adleta, desesperada, se lanzó a la lucha por sus derechos. No tanto por su posición de reina, sino más bien por sus hijos que podían ser declarados ilegítimos al ser anulado el matrimonio.
Inocencio III supo adueñarse de la situación. Apoyaba a la esposa rechazada complicando el divorcio, pero en otra ocasión se mostraba de acuerdo con él. Jugaba con el rey checo como el gato con el ratón. Quizás también este hecho contribuyó a que a principios de 1203 Premysl Otakar apareciera al lado de sus hasta entonces adversarios, en el campo de Oto IV de Braunschweig.
En junio de 1208 Felipe de Suevia fue asesinado. No se trató de un atentado político. El crimen fue cometido por el conde palatino Oto de Wittelsbach que pensaba erróneamente que Felipe pretendía frustrar su amor.
Parecía que la mano traidora del asesino resolvía con ello un asunto en el que los feudales alemanes no pudieron ponerse de acuerdo durante diez años. Oto de Braunschweig debía casarse en señal de reconciliación con la hija del asesinado Felipe, Beatriz, para ser elegido posteriormente emperador romano-germánico. Pero la paz no duró mucho tiempo.
El joven emperador Oto, de 26 años, aturdido por el poder adquirido, rompió los juramentos prestados al papa Inocencio y decidió apoderarse de Sicilia. Allí reinaba entonces Federico II, hijo de Enrique VI, con el cual, en principio, todo empezó.
El papa, enfurecido, excomulgó a Oto y presentó a Federico II como nuevo candidato al vacío trono imperial. Y en ese momento vuelve a aparecer en el escenario el rey checo Premysl Otakar. Acompañó a Federico II en su campaña militar, atravesando los Alpes, en Suiza, a lo largo del río Rin hasta Basilea, señalándose de tal modo por su valor y capacidades que el soberano agradecido le confirmó el derecho de llevar la corona en un documento que recibiría el nombre de la "Bula de Oro Siciliana".
Ocurrió el 26 de septiembre de 1212. La Bula confirmó la sucesión del título de rey y la integridad del territorio del Estado checo, incluyendo Moravia y la diócesis praguense. Estipuló asimismo que el emperador disponía del derecho de enfeudar las tierras checas sólo a aquel soberano que fuera elegido por la nobleza checa. El rey checo mantuvo también el derecho de investidura de sus propios obispos.Los reyes checos debían participar simbólicamente en las marchas de coronación de los reyes romano-germánicos hacia Roma, poniendo a su disposición 300 guerreros o pagando 300 óbolos de plata.
También tenían la obligación de asistir a las reuniones del imperio en caso de que éstas fueran anunciadas con seis semanas de antelación y se celebraran en Bamberg, Nuremberg o Mersenburg, es decir en ciudades situadas cerca de la frontera del reino checo. Al rey checo le fue otorgado el título de copero mayor y el cargo de príncipe elector, lo que le autorizaba a elegir al rey romano-germánico.
El documento denominado "bula" lo utilizaban ya con frecuencia los soberanos bizantinos. La que fue otorgada al rey checo Premysl Otakar I está provista de un sello de oro " por eso "Bula de Oro". El uso del oro era señal de la riqueza de su usuario y al mismo tiempo del honor a la persona a la que la bula era otorgada o de la importancia del acto.
Aún queda por explicar ?por qué la Bula de Oro Siciliana? La razón es muy simple. El nuevo emperador Federico no tenía aún un sello imperial. Por eso utilizó el más ostentoso de sus sellos antiguos. Aquél que había utilizado como rey de Sicilia.
El mismo día en que fue emitida la Bula de Oro Siciliana, es decir el 26 de septiembre de 1212, el margrave moravo Vladislav Jindrich recibió un documento con el que el emperador Federico II le adjudicaba por sus servicios el uso hereditario del Margraviato de Moravia.
El acto de entrega de la Bula de Oro Siciliana tenía para los checos todavía otro significado que la garantía de la soberanía y de la sucesión de sus reyes. Se trató de su primer encuentro con la Casa de los Habsburgos. Entre los testigos de la ceremonia figuraba el conde Rodolfo de Habsburgo, abuelo del posterior rey romano-germánico que llevaba el mismo nombre y que subió en 1526 como el primer Habsburgo al trono checo.