Niño concebido en probeta tras la muerte de su padre biológico
Tras una ardua batalla jurídica, en la República Checa nació el primer bebé concebido en probeta tras la muerte de su padre biológico.
El niño nacido tras una ardua lucha con las autoridades burocráticas es, a todas luces, un niño deseado. Cuando los médicos diagnosticaron cáncer al marido de la protagonista de esta historia, el hombre decidió solicitar que se congelara su esperma. Ello para el caso de que el tratamiento oncológico perjudicase su fecundidad. Pero el hombre murió.
Cuando su esposa manifestó la firme convicción de dejarse fecundar con el semen congelado de su marido fallecido chocó con la resistencia de las autoridades sanitarias. Y es que la legislación checa exige para la fecundación in vitro el consenso de ambos esposos- y en este caso uno de ellos ya estaba muerto. A la Comisión Ética Central del Ministerio de Salud no le bastó el argumento de que con la congelación de su esperma el esposo manifestara de forma convincente el deseo de tener un hijo. Los miembros de la comisión argumentaban que el niño tiene derecho a tener ambos padres.
La viuda no se dejó desanimar con la negativa. Con ayuda de los juristas del centro de reproducción asistida Iscare se dirigió a un tribunal y el año pasado ganó su pleito con el Ministerio de Salud. El tribunal llegó a la conclusión de que el derecho inalienable de la mujer de solicitar la fecundación in vitro no puede ser limitado por ninguna institución, y tampoco por la Comisión Ética del Ministerio de Salud. Este derecho lo garantizan la Constitución y la Carta de los derechos y libertades fundamentales.
A raíz de esta setencia judicial que el diario Mladá Fronta Dnes califica de sabia, ha podido nacer el primer bebé checo concebido en probeta tras la muerte de su padre biológico.