Dimisión del ministro de Finanzas, P. Mertlík, puede paralizar las privatizaciones
El ministro de Finanzas, Pavel Mertlík, hastiado por las incesantentes controversias con el titular de Industria y Comercio, Miroslav Grégr, renunció a su cargo. Los economistas coinciden en que con la dimisión de Mertlík se retrasarán las privatizaciones.
Pavel Mertlík, considerado por los analistas como uno de los miembros más competentes del Gabinete de Milos Zeman, dio a entender que su dimisión se debía al hecho de no lograr imponer en el Gobierno sus proyectos. El lunes, por ejemplo, el Gobierno rechazó su propuesta de acelerar la privatización de cuatro distribuidoras de electricidad y gas.El ministro Mertlík que pertenece al ala joven de la gubernamental socialdemocracia, nunca encontró un lenguaje común con su colega de la cartera de Industria y Comercio, Miroslav Grégr, en lo que atañe a la política económica y las privatizaciones. En el duelo entre ambos ministros Pavel Mertlík obtuvo una importante victoria al lograr que el Gobierno rechazara la restructuración de la industria según el proyecto de Grégr, representante de la vieja guardia, que apenas prolongaría la agonía de grandes plantas industriales.
Pavel Mertlík impulsó la privatización de los bancos.Bajo su gestión fue privatizada,por ejemplo, la Casa de Ahorros Checa, casa bancaria en que depositan el dinero los pequeños ahorristas.
Los analistas se preguntan cómo proseguirá ahora el proceso de las privatizaciones ya que simultáneamente con el ministro de Finanzas, Pavel Mertlík, renunciaron el presidente del Fondo del Patrimonio Nacional, Jirí Havel y el viceministro de Finanzas para las privatizaciones, Jan Mládek. Entre los economistas y los inversores reina la incertidumbre sobre la privatización de empresas tan grandes como la Compañía Eléctrica Checa o la Telecom Checa. Los analistas opinan que la dimisión de Pavel Mertlík podría retrasar las privatizaciones y ello crearía grandes dicultades al Gabinete de Milos Zeman, ya que sin el dinero de la venta de las participaciones del Estado el Gobierno no podría fomentar la construcción de viviendas y extensión y mejora de la infraestructura.