Cuatro de las cinco empresas se retiran de la licitación para el suministro de cazas a las Fuerzas Aéreas checas
La mayor transacción comercial en la historia del Ejército checo, la compra de aviones cazas, calculada en más de dos mil quinientos millones de dólares, corre el peligro de convertirse en un escándalo internacional. De la licitación se han retirado cuatro de las cinco empresas de armamentos extranjeras.
En la licitación para el suministro de aviones supersónicos, convocada en enero pasado por el Gobierno checo, se inscribieron cinco empresas de armamentos: el consorcio sueco-británico, SAAB, que produce el caza Gripen, la empresa francesa, Dassault Aviation, con el avión Mirage, EADS de Alemania con la aeronave Eurofighter y dos empresas estadounidenses, Lockheed Martin y Boeing. Éstas dos últimas se retiraron de la licitación el martes, seguidas el jueves por Dassault Aviation y EADS; en la misma ha quedado por lo tanto el único interesado: SAAB.
El ministro de Defensa checo, Jaroslav Tvrdík, dijo al respecto:
"Queda claro que el Gobierno checo se encuentra en una nueva situación de la que tiene que ocuparse. No quisiera comentar las razones verdaderas que indujeron a las empresas a retirarse de la licitación".
Las empresas retiradas insinuaron que el llamado de compra carece de transparencia y que el Gobierno checo habría estado decidido de antemano de encomendar el suministro al consorcio sueco-británico. También la condición presentada a los interesados por el Gabinete de Milos Zeman, de tener que invertir las ganancias obtenidas del suministro en la República Checa, les resultó inaceptable.
La oposición política checa insta al Gobierno a anular la licitación para prevenir el surgimiento de un escándalo internacional aún mayor; además, los legisladores checos dieron a entender que la Cámara Baja no está dispuesta a destinar dinero del presupuesto estatal a la compra de aviones supersónicos. Sin embargo, el primer ministro checo, Milos Zeman, insiste en que la licitación seguirá su curso.