Primer ministro checo ataca verbalmente la recogida de firmas contra Temelín en Austria
Las relaciones checo-austríacas, afectadas por la diferente postura de ambas partes hacia la central electronuclear checa de Temelín, han recibido otro duro golpe. Tras calificar, la semana pasada, al populista austríaco, Jorg Haider, de "postfascista", el Primer ministro checo, Milos Zeman, atacó verbalmente la recogida de firmas contra Temelín en Austria.
Milos Zeman se refirió así a la recogida de firmas promovida en Austria por el partido del derechista Jorg Haider, que intenta condicionar la adhesión de la República Checa a la Unión Europea con el cierre de la mencionada planta nuclear.
Las palabras de Zeman indujeron al presidente austríaco, Thomas Klestil, a hacer un paso diplomático poco habitual: telefoneó a su homólogo checo, Václav Havel, para protestar rotundamente contra el vocabulario del premier checo.
Según Ladislav Spacek, portavoz presidencial checo, Havel destacó la necesidad del diálogo:
"El presidente enfatizó que las dos partes deben evitar dejarse llevar por las emociones y volver al meollo del problema de Temelín, que se debatió seriamente tanto a nivel bilateral como a nivel comunitario".El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores checo, Ales Pospísil, subrayó que la diplomacia de ambos países se esfuerza por calmar la tensión existente a raíz del "tiroteo" verbal entre Milos Zeman y Jorg Haider.
Lo cierto es que las palabras del primer ministro checo contra, de hecho, todos los ciudadanos austríacos que rechazan la energía nuclear, brindarán a la petición de Haider miles de firmas más.