Presidente Václav Havel apoya la compra de aviones caza para las Fuerzas Aéreas checas
El presidente de la República, Václav Havel, apoya resueltamente la compra de aviones caza para las Fuerzas Aéreas checas. Las dudas en torno a su adquisición surgieron después de que de la licitación para el suministro de cazas, convocada por el Gobierno checo, se retiraran recientemente cuatro de las cinco firmas interesadas.
A la compra de aviones supersónicos se opusieron varios políticos opositores argumentando que ésta constituiría para la República Checa una gran carga financiera que en la actualidad el país no puede permitirse. En el mismo sentido se expresó extraoficialmente también la Alianza Noratlántica.
En pro de la compra están, sin embargo, el Ministerio de Defensa, el Estado Mayor del Ejército y el presidente de la República. Václav Havel subrayó que la República Checa necesita los aviones caza precisamente porque se encuentra en el corazón de Europa en el que puede sin duda repercutir cualquier eventual conflicto, guerra o confrontación.
"Pensaba que el oficialismo checo había coincidido en que la compra de aviones supersónicos contribuiría a reforzar la defensa del Estado. Ahora me da sensación de que los políticos checos no saben lo que quieren".
Los partidarios de la compra de cazas senalan además que esta transacción, estimada en unos dos mil quinientos millones de dólares, supondría un gran estímulo para la industria del país. El Gobierno checo exige que el suministrador invierta en la República Checa, durante los diez años que sigan a la firma del contrato, una suma equivalente al 150% del precio de los cazas.
En la licitación convocada en enero pasado por el Gobierno checo para el suministro de cazas a las Fuerzas Aéreas se inscribieron cinco empresas de armamentos, dos estadounidenses y tres europeas. A finales del mes pasado se retiraron cuatro de ellas, insinuando que la licitación carecía de transparencia. Lo que fue rechazado por el consorcio sueco-británico, SAAB- BAE Systems, el único de los interesados que no se retiró. El consorcio, que produce los cazas Gripen, ofreció además al Gobierno checo un precio muy ventajoso que no supera los dos mil millones de dólares.