“No es democrático firmar el tratado ACTA sin informar antes”

Foto: ČTK

Varias concentraciones en la República Checa durante el fin de semana marcaron el inicio de las protestas contra la firma del Acuerdo Comercial Anti Falsificación, ACTA, por parte de Praga. Numerosas voces critican que no se informara sobre una decisión que supondrá un importante recorte de libertades.

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La República Checa, al igual que otros 21 países de la Unión Europea, firmó el jueves pasado en Tokio el tratado ACTA, que ya es válido en países como Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia. El acuerdo se propone luchar contra la piratería en la red, la falsificación y el tráfico que viola los derechos de propiedad intelectual.

Con una participación mucho más baja de lo esperado, unas 200 personas con máscaras de Anonymous, concentradas principalmente en Praga y Ostrava, criticaron el recorte de libertades que conllevará el tratado.

Un manifestante en Praga se quejó por la desinformación que ha envuelto la aceptación checa del acuerdo.

“Otra vez sobre nosotros pero sin nosotros. Decisiones así no parecen propias de un sistema democrático. Son asuntos de los que se debería informar por anticipado y de los que la gente debería saber de qué se trata desde hace tiempo. Es algo parecido a lo que sucedió con el Tratado de Lisboa”.

Daniel Dočekal
Según los manifestantes, la opinión pública no se enteró de nada hasta que la firma era una realidad. Los detractores del acuerdo ACTA denuncian por ejemplo que permitirá el registro de los ordenadores personales y eventualmente la desconexión a Internet de los usuarios.

Los Parlamentos europeos tendrán ahora que ratificar el tratado el próximo verano. Si así ocurre, después puede suceder cualquier cosa, advierte Daniel Dočekal, periodista de un medio en Internet, conocedor de cómo se aplica ya en algunos países.

“En Estados Unidos, un guardia de aduanas o cualquier otro órgano autorizado puede llegar a la conclusión de que una foto o una canción en su ordenador personal, su teléfono móvil o reproductor de mp3, es ilegal. Entonces le pueden confiscar el aparato, liquidarle el teléfono, formatearle el disco duro o encerrarle en prisión. Pero lo cierto es que si por ejemplo va escuchando música en un mp3, seguramente no lleve encima ningún comprobante de la compra de esa música”.

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Una de las primeras personalidades políticas checas en criticar abiertamente el acuerdo, la eurodiputada Zuzana Roithová, argumenta que la aplicación de los controles en las aduanas deja la puerta abierta a que se discrimine arbitrariamente a las personas por su color de piel o su apariencia. Según Roithová hay que modificar los errores que contiene el acuerdo antes de su aprobación por parte del Parlamento. Así lo apunta también Jiří Barták, portavoz de la Dirección General de Aduanas, que recuerda que habría que cambiar la ley para permitir controles que incluyan el acceso a datos y documentos personales en ordenadores.