Niños gitanos cantan con la Orquesta Filarmónica Checa
Un programa cultural inusual es posible presenciar estos días en la zona de Šluknov, al noroeste de Bohemia. En tres ciudades de la región tienen lugar conciertos al aire libre, en los que se presenta el coro infantil Čhavorenge, formado por niños gitanos con talento musical, acompañado de la Orquesta Filarmónica Checa.
El coro lo integran mayormente niños gitanos de familias que viven en guetos al borde de la sociedad. Para aliviar la vida de estos menores, la cantante gitana checa, Ida Kelarová, creó este coro integrado por menores con talento musical.
”Esos niños pasan largos años en los guetos y pueblos apartados. Se sienten abandonados, apartados del resto de la sociedad y la verdad es que poco se sabe de ellos”.Kelarová, quien consagró su vida al trabajo educativo de las voces humanas, descubrió entre los niños de los guetos a verdaderos talentos musicales. Ida Kelarová sabe que el talento no es suficiente, que hay que desarrollarlo y que cada cantante debe empeñarse mucho por perfeccionar su voz.
Hace cinco años Kelarová creó el coro Čhavorenge, integrado por menores gitanos de entre los 12 y los 18 años de edad, con el que actualmente cosecha grandes éxitos. Primero se dedicó a la educación musical de los niños de los pueblos marginados en la vecina Eslovaquia, y posteriormente a los menores de familias gitanas socialmente excluidas de la República Checa, según sostiene.“Tenemos en nuestro coro a niños talentosos de diversos rincones de nuestro país. Por ejemplo, de Hradec Králové, Praga, Trmice, Jablonec. Considero necesario trabajar con estos menores, orientarlos, ofrecerles una perspectiva a la que podrían acogerse”.
Kelarová afirma que la selección de los niños para el coro es sin embargo muy exigente y no todos son aceptados. Además, cada año en verano se realiza una escuela de canto Romano Drom, bajo la dirección de Kelarová y sus colaboradores, donde los niños deben ensayar intensamente desde el sentido del ritmo hasta el canto, para poder presentarse posteriormente en público.En 2013 comenzó la colaboración del coro Čhavorenge de Ida Kelarová con la Orquesta Filarmónica Checa que prosigue exitosamente hasta la actualidad. Los miembros de la orquesta asisten cada año también a la escuela veraniega de canto, donde ensayan con los niños su actuación conjunta.
Como dijo a la Televisión Checa Petr Kadlec, jefe del proyecto Romano Drom en la Orquesta Filarmónica Checa, el trabajo con los niños gitanos es muy inspirativo y los músicos valoran positivamente los conciertos conjuntos.
”Cuando supimos de ese coro, nos dimos cuenta que existen muchos niños talentosos de los que no se sabe nada, y que esos niños nunca llegarán a pedirnos que colaboremos con ellos. Por ello fuimos nosotros los que los buscamos y les ofrecimos esa colaboración”.A la escuela de canto Romano Drom de este año, que tiene lugar en la localidad de Jedlová, en el distrito de Šluknov, y que culmina esta semana, asisten unos 60 niños gitanos. Se trata de dos semanas de canto y bailes, pero también de un duro trabajo en forma de constantes ensayos.
Los conciertos con la Orquesta Filarmónica Checa incluyen 16 canciones gitanas que muchos de los niños del coro Čhavorenge ni conocían. Pero, según cuenta Tereza, una de las integrantes del coro, ese trabajo es bonito y todos esperan con anhelo el poder actuar en público.
”Siempre espero con gran expectativas las actuaciones en público. Eso es una gran alegría, y lo que más me gusta es cuando además de cantar nos ponemos todos a bailar”.Según datos oficiales, las condiciones de vida de los gitanos en Chequia empeoraron en los últimos años y el Gobierno aprobó un plan para mejorar la educación, la vivienda, el empleo y la seguridad de la etnia gitana hasta el año 2020. Actualmente unos 80.000 gitanos checos viven en guetos, aproximadamente un tercio de la población romaní en Chequia. La cantante gitana Ida Kelarová es una de las activistas más empeñadas en ayudar a mejorar de inmediato al menos la vida de los niños que viven en esos guetos.